Cirze Tinajero
Agencia Reforma

MÉXICO, DF 24-Oct .- Todo está listo para que las calles se llenan de Catrinas, las casas de altares y los panteones de flores. Desde el 31 de octubre hasta el 2 de noviembre resulta difícil no unirse a la festividad del Día de Muertos y menos cuando hay destinos como Yucatán, la Huasteca Potosina y Pátzcuaro donde recordar aquellos que nos dejaron se vuelve aún más especial.
* En Yucatán, a la celebración del Día de Muertos se le conoce como Hanal Pixán, que en maya significa «alimento de las almas». En Mérida, por ejemplo, las familias van a los mercados, como el de San Benito, a comprar todos los ingredientes para cocinar un platillo típico de esta época: el mucbilpollo, un exquisito platillo cuyo nombre siginifica «pollo enterrado».
Se trata un tamal de pollo de gran tamaño envuelto en masa de maíz con espelón (frijol tierno yucateco), y cubierto en hojas de plátano. Es cocido en un hoyo bajo tierra y se disfruta con una ensalada de frutas llamada «xec» hecha con jícama, naranja y mandarina.
* En la Huasteca potosina no hay festividad más grande que la llamada Xantolo, palabra derivada del latín Sanctórum («todos los santos»). Es una celebración total, donde hay velaciones en panteones, rituales de danza, música y muchos platillos a base de maíz, como el bolim (tamal relleno de pollo) o el zacahuil (tamal con pollo o cerdo, envuelto en hoja de papatla). De vital importancia para los pobladores  son las ofrendas en forma de arcos que aparecen por doquier, tanto en casas como en calles. Son  realizadas con varas de aquiche, y adornados con flores de cempasúchil y mano de león. Comida, fruta, pan y velas lo complementan.
* En Michoacán destacan las velaciones que salpican los cementerios de la región lacustre de Pátzcuaro (la más difundida corresponde a la Isla de Janitzio) y del interior del estado. Primero se realiza la velación de los «angelitos», niños difuntos, y luego la de los adultos. Las tumbas se llenan de cempasúchil, orquídeas endémicas «flor de ánima» y veladoras. Otro ritual que destaca en torno a estas fechas es la ketzitakua o ceremonia para los difuntos recientes; una ofrenda especial es llevada a las casas donde vivieron.