Ya se cumplió el primer filtro del proceso de selección entre los aspirantes de la posible coalición entre el PAN, PRI y PRD, denominada «Va por México». De 13 aspirantes, sólo quedaron cuatro: las senadoras Xóchitl Gálvez con 554 mil 699 apoyos y Beatriz Paredes con 451 mil 934; el diputado Santiago Creel con 344 mil 729; y el exsecretario de Turismo, Enrique de la Madrid, con 344 mil 729. Ellos son los elegidos para seguir en la carrera. Me parece importante señalar que el total de los trece aspirantes, con el apoyo de los tres partidos, logró obtener 2 millones 504 mil 936 apoyos, cifra que, creo, no inquieta a ninguno de los aspirantes de la 4T.

Sin embargo, quisiera detenerme en lo ocurrido en el PRD. Ninguno de los líderes de este partido cumplió con los requisitos para continuar. Fiel a su naturaleza interna, el PRD salió a descalificar el proceso y a cuestionar su continuidad en el frente. Así es, después de aceptar las reglas y participar, y siendo conscientes de ser el partido más débil, su naturaleza antidemocrática emerge. Posiblemente, añorando aquellos polémicos procesos internos con descalificaciones, impugnaciones y rupturas que estaban acostumbrados, ahora intentan amenazar a sus «aliados» con retirarse.

En serio, ¿a qué apuntan? Me gustaría verlos actuar por su cuenta. Esto me recuerda a la fábula del escorpión (PRD) y la rana (PAN).

Donde una rana panista, sentada a la orilla de un río, ve acercarse a un escorpión perredista, que le dice:

—Amiga rana panista, ¿puedes ayudarme a cruzar el río en esta etapa electoral? Podrías llevarme a tu espalda, es decir, ayudarme a conservar el registro. Podríamos aliarnos…

—¿Que te lleve a mi espalda, o sea, en mi alianza? —contestó la rana panista—. ¡Ni pensarlo! ¡Te conozco! Si te llevo en mi espalda, sacarás tu aguijón antidemocrático y me picarás, rompiendo la alianza. Lo siento, no puede ser.

—No seas tonta —le replicó el escorpión perredista—. Si te pico, nos hundiremos y ambos moriremos.

Tras reflexionar, la rana panista aceptó y comenzaron a cruzar el río juntos. Sin embargo, a mitad del camino, el escorpión picó a la rana, y mientras ambos se ahogaban, la rana preguntó:

—¿Por qué lo hiciste? Ambos vamos a morir.

El escorpión perredista respondió:

—Lo siento, ranita panista. Es mi naturaleza ser antidemocrático.

Este relato ilustra el reciente episodio del Frente «Va por México».