Para encarar el fenómeno creciente del suicidio en Aguascalientes, la autoridad estatal de Salud Mental deberá desarrollar un centro de atención integral por municipio y cinco en la ciudad capital, acompañado de estrategias para que la sociedad y las familias no inculquen miedo a sus integrantes, a razón de que es un detonante de sufrimiento que desencadena la privación de la vida, señaló el especialista y médico Héctor Grijalva Tamayo.
Aseveró que las autoridades sanitarias estatales son las primeras responsables para encarar y atender esta realidad, por lo que se necesita instrumentar nuevas estrategias de prevención, atención e infraestructura y no limitarse a las que se vienen aplicando desde hace 10 años.
La sociedad aguascalentense continúa creciendo y los recursos de salud mental que un tiempo existieron, ya no resultan suficientes, como prueba de ello se tiene el Centro de Salud Mental Agua Clara, que cumplió ya 17 años de operación y se mantiene como único, cuando debería haber al menos cinco de éstos, ya que en la ciudad capital se concentra el 80% de la población.
Especialmente deberían existir centros de salud mental en las colonias populares, especialmente en las zonas más sensibles, ahí no hay ninguno, a fin de prevenir la depresión y el suicidio, así como otras cuestiones de carácter psicológico, emocional y social.
“Hace una década se crearon cuatro unidades para la atención de adicciones en los municipios de Jesús María, Calvillo y Rincón de Romos, cuyas instancias no han crecido tampoco”, subrayó el ex director del Centro de Salud mental Agua Clara.
Esto evidencia que existe una falla en la atención directa a la sociedad, el suicidio es una realidad presente en toda comunidad, pero podría reducirse en su incidencia si existiera una atención primaria que debe darse en las zonas donde ocurre, es decir en las propias colonias, en los barrios bajos, en los municipios.
“La gente ya no puede acudir más a un solo centro que se encuentra saturado”, enfatizó.
Todas las crisis sociales repercuten en crisis familiares y en consecuencia en crisis individuales; las crisis sociales, como la vigente, llegan con un clima de miedo e incertidumbre, ya que las noticias nacionales e internacionales sólo hablan de temores, de lo mal que nos irá o que estamos, de las amenazas de presidentes del país vecino, de la situación económica; la profusión de noticias sobre el crimen y hechos violentos en el país crea una incertidumbre social.
Esto se pudiera manejar mejor si las familias tuvieran recursos emocionales y lograran filtrar y dar mensajes positivos a sus hijos y a todos los integrantes del hogar, pero lamentablemente no está sucediendo, pues se cuenta con una sociedad poco culta y preparada emocionalmente, por lo que sólo se repiten las noticias, los temores y los miedos, los cuales llegan a las personas.
Si la persona no cuenta con los recursos intelectuales suficientemente fuertes, entonces se desmorona interiormente y pierde la confianza, la seguridad, la expectativa de futuro, y como no encuentra solución, deduce que la mejor manera de evitar el sufrimiento es privándose de la vida.
“La persona que se autoinmola no quiere morir, lo que desea es dejar de sufrir. Pero al no encontrar respuestas en su familia, en la sociedad, ni en él mismo, opta por salirse de la vida”, puntualizó.