Patricia Olamendi Torres, experta de la ONU en México sobre la discriminación hacia las mujeres, advirtió ayer en Aguascalientes que este sector debe ponerse con urgencia en el centro de las políticas públicas, si los Tres Poderes no lo hacen, sencillamente quedarán en buenas intenciones la equidad de género y la participación real de las féminas en la política y en la toma de decisiones.

Tras afirmar que la discriminación es una realidad que abarca los ámbitos laboral, social, económico, desarrollo personal y político, la defensora en derechos humanos advirtió que la familia mexicana no cumple con su responsabilidad de proteger a las mujeres, porque 7 de cada 10 casos de violencia suceden en el seno del hogar.

Además recalcó que la política pública de desarrollo social que lleva más de 20 años, demuestra que no funciona al no haber mejoras tangibles para las mujeres mexicanas que recogen leña y cargan agua, en esas condiciones hay millones de personas.

Al impartir la conferencia magistral “Transversalización con Perspectiva de Género y Derechos Humanos de las Mujeres”, a invitación del Movimiento de Mujeres del partido Nueva Alianza, la defensora en derechos humanos aseveró que los partidos políticos deben avanzar en estos retos, y ahora que Aguascalientes emprende un nuevo gobierno estatal debe comprender que las necesidades de las féminas deben ponerse en el centro de las políticas públicas.

Patricia Olamendi advirtió que en México existe un déficit brutal de apoyos para el hogar y el cuidado de los hijos, las guarderías son reducidas, los clubes de tareas no existen, los horarios escolares son limitados, cuando en los países desarrollados las clases terminan entre cuatro y cinco de la tarde, mientras que aquí entre las doce y una de la tarde.

Se sigue pensando en la mujer como ama de casa, sin tomar en cuenta que las condiciones económicas las han obligado a salir a la calle a trabajar, propiciando angustia en las madres pues se genera un grave problema en el cuidado de los hijos. Trabajo, conciliación y familia es el principal quiebre de las mujeres.

Aseveró que este es el tema que no se encuentra en la mesa de discusiones de los hombres, porque ellos están todo el día fuera de casa, pero esta realidad debe ser atendida si se quiere que las mujeres tengan mejores cargos públicos y políticos. “Sin apoyo, las mujeres no podrán desarrollarse y hacer sus aportaciones a la vida nacional”.

Respecto a la discriminación laboral, explicó que las mujeres en la sociedad no tienen las mismas oportunidades en el ascenso al empleo, la cual es una de las más fuertes en este país, ya que las mujeres han venido preparándose ampliamente en las universidades y en los niveles de posgrados.

Sin embargo no se ha podido romper el “techo de acero inoxidable” que tiene encima y que no ha permitido avanzar a las oportunidades. Otra es la desigualdad en el pago por los mismos trabajos, que van de un 20 a un 30% inferior al salario de los hombres, precisó.

En el mundo social, la discriminación hacia las mujeres es una realidad latente, pues son víctimas de cuestionamientos, de asignaturas, de pensamientos sobre lo que debe o no ser, y cuando hay mujeres que se atreven a romper esquemas, les va mal. Aquí hay un tema complicado que son los prejuicios, las costumbres que impiden que las mujeres tengan un papel más significativo en la sociedad y sobre todo sea valorada en sus aportaciones. Hombres y mujeres son iguales y deben ser tratados de igual manera, sostuvo.

Otra discriminación se refiere a lo económico, muy pocas mujeres son propietarias de algo, esto es un déficit, muchas de ellas no se sienten capaces de enfrentar la vida por sí mismas, muchas de ellas deciden quedarse en sus casas a pesar de la violencia, los maltratos, y los abusos tanto psicológicos como físicos.

Una gran cantidad de mujeres contribuyen al pago de la casa, del carro y de todo lo que concierne al hogar, pero no posee propiedades, debido a que impera la visión de que deben ser los hombres los propietarios y los jefes del hogar, lo cual frena las libertades de las mujeres.

Otra discriminación se refiere al desarrollo personal de las mujeres, donde muchas se auto limitan para no tener conflictos con el marido, los novios o los hijos, lo cual genera un grave problema de limitación auto impuesta.

La toma de decisiones en la política por parte de las mujeres es meramente presencial, están en cargos de elección popular, apenas incursionan en espacios municipales, cuando este sector debería estar desde hace mucho tiempo participando en propiciar mejores servicios públicos, porque al final de cuentas ellas son las que llevan el control de los hogares.

Además, dijo que la seguridad es un problema severo para las mujeres y no sólo por el crimen organizado, sino por la violencia, el maltrato y los abusos sexuales que suceden dentro de los hogares. Otra condición es la pobreza que viven muchas mujeres y se encuentran olvidadas de las políticas públicas.