
Érika Hernández Agencia Reforma
CIUDAD DE MÉXICO.- En el salón de plenos del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) ayer se respiraba rabia.
En el día uno del «Plan B», el ánimo festivo de los morenistas se impactó con el enojo de los consejeros por el impacto de la nueva legislación electoral: el cese del secretario ejecutivo, Edmundo Jacobo Molina.
El presidente del INE, Lorenzo Córdova, condujo la sesión del Consejo General, en la que se nombró a Roberto Cardiel como encargado de la Secretaría Ejecutiva, en tono mordaz y, por momentos, explosivo ante el mensaje sarcástico del representante de Morena, Eurípides Flores.
«Esa primera medida, vulnera de manera burda y grosera la autonomía constitucional del INE. Tenemos la certeza de que la constelación de inconstitucionalidades de esta reforma no quedarán impunes», arrancó Córdova en defensa de Jacobo.
Ciro Murayama, quien, como Córdova, termina su gestión en 30 días, acusó a los impulsores de la reforma de atropellar la autonomía del INE y abusar del poder al personalizar la ley
«Edmundo encarna la madurez del hombre de Estado», dijo.
Jaime Rivera exigió a los morenistas responder: «¿De qué quiere vengarse quien urdió el cese fulminante de Edmundo Jacobo? ¿Por qué este golpe artero contra un servidor público ejemplar?».
Sentados en la Herradura de la Democracia, los representantes de Morena revisaban documentos, y por momentos ponían atención al reclamo de los consejeros.
En su turno, el morenista Eurípides Flores festejó que con el Plan B se termina el INE «excéntrico, extravagante y gastalón».
Flores afirmó que así como la Oposición y el organismo electoral arrancaban su batalla jurídica, Morena emprendería la batalla política en todos los espacios para defender la reforma.
Cuando calificó a los consejeros como «mafia electoral», el presidente del INE lo detuvo en seco para exigirle respeto.
El ambiente se crispación iba en aumento. Uuc-Kib Espadas advirtió que la inoperatividad del INE podría empeorar si en la Cámara de Diputados eligen a cuatro nuevos consejeros afines a Morena.
«Este Consejo General podría ser tomado por asalto por una facción que trabaje oficiosamente en su demolición», dijo.
Flores tomó el micrófono para rebatir al consejero: «Se lo digo de manera directa, a la cara: usted va a tener que hacer frente a todas las intrigas que hoy se están sembrando, porque en la reforma electoral va a prevalecer y usted va a tener la responsabilidad de llevar a cabo la organización de las elecciones con esas reglas».
El morenista volvió a ser interrumpido por Córdova, quien molestó le gritó que si amenazaba a su compañero consejero, no lo permitiría.
Flores lo negó, pero consideró delicado que intenten sembrar en la gente el ánimo de que no habrá elecciones en el 2024.
El finiquito
En un intento por cambiar la atención sobre los riesgos con las nuevas normas, los representantes de Morena exigieron a Córdova y Murayama que informaran del monto del finiquito que recibirán al dejar el cargo.
«Hicimos una consulta a la ciudadanía. Les mandan preguntar, a un mes de que se larguen de aquí, ¿cuánto se van a llevar de finiquito? Se van a ir millonarios de este Consejo», ironizó García.
«Sé que el autoritarismo tiene prisa, pero tenga paciencia», le reviró Córdova, quien dijo que el monto será público cuando se vayan.
García ya caminaba hacia la salida del salón, cuando Murayama le respondió: «Le voy a decir cuánto vamos a llevarnos. Multiplique el monto del salario por tres, y luego 20 días por nueve, y súmelo. Si le es imposible, demande a quien le dio su certificado de primaria».
Después un cruce de acusaciones de 2 horas y 32 minutos, Córdova tomó protesta a Cardiel en su cargo «temporal».
«Usted estará, en los días en que ocupe esta función hasta que el orden constitucional y democrático sea restaurado, a la altura de Edmundo Jacobo Molina», dijo.