
Uno de los retos que tendrá la nueva administración municipal será revisar con lupa al ambulantaje y al tianguismo, que están fuera de control y “deberán ser puestos a raya”, afirmó Rubén Berumen de la Cerda, presidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco).
Dijo que es tal el descontrol que priva en estas dos actividades, que en el caso de los vendedores ambulantes instalados en el centro citadino, varios de ellos tienen hasta sus empleados que les trabajan los puestos callejeros y a quienes ofrecen buenos sueldos, pero todo ello en la informalidad.
En el centro de la ciudad y a las afueras de templos en diversas colonias, reina el desorden por los puestos ambulantes en donde se vende nieve, churros, incluso fruta, pero quienes los atienden son empleados porque los dueños sólo regentean los puestos, en franca competencia desleal y evadiendo impuestos.
No les va mal, porque tienen para ofrecer sueldos a empleados que son los que están en los puestos ambulantes a quienes les pagan de 700 a 900 pesos por semana, lo que revela que obtienen altas utilidades, haciendo daño al comercio organizado.
En el caso de los tianguis, dijo que es ya toda una red bien organizada de vendedores semifijos, quienes tienen grandes bodegas en las zonas aledañas a donde cada semana se instalan los tianguistas.
“Son mayoristas, venden toneladas de productos, mueven mucho dinero, pero no pagan impuestos, se limitan sólo a dar una cuota al Municipio pero no enteran impuestos como lo hacen los comerciantes formales”.
Este tipo de economía es la que debe ser combatida porque muchos “vivillos” ya le hallaron el modo de obtener lucrativas ganancias sin contribuir al gasto nacional.
Dijo que hay algunos tianguis que venden productos piratas, artículos robados y frecuentemente, los kilos que venden no son completos, timan a los compradores sin que ninguna autoridad haga algo en estos lugares.
Expresó su confianza en que las nuevas autoridades municipales, harán algo contundente para abatir la proliferación de este tipo de comercio informal.
Hay una realidad social que no se puede negar, porque hay mucha necesidad, en esos casos, dijo, la autoridad puede ser tolerante, pero de eso, a que haya ya toda una industria que hasta ambulantes contraten a personal para que atiendan sus puestos, eso ya es otra cosa diferente que debe combatirse, consideró Berumen de la Cerda.