Saúl Alejandro Flores
Estimados lectores, continuamos con lo abordado desde hace siete semanas, ahora reflexionaremos sobre la octava estrategia que se propone para Aguascalientes en el Plan Hídrico, así que vamos directo al tema.
8. Protección a centros de población y áreas productivas ante efectos climáticos. Objetivo: Reducir o mitigar los riesgos derivados de fenómenos hidrometeorológicos y efectos ocasionados por el cambio climático para proteger a la población y áreas productivas de la entidad, con énfasis en las comunidades socialmente vulnerables como lo establece el objetivo 3 del PNH 2019-2024.
Sobre esta estrategia debe reconocerse que está bien analizada, fundamentada y planteada respecto a los aspectos que deben ser destacados y atendidos, ya que de una forma inmediata suele pensarse que la protección hacia los riesgos hidroclimáticos sólo son por exceso de lluvia y no es así, cierto que suelen ser más vistosas las inundaciones, que las sequías, sin embargo, los daños y costos generados por las sequías tienen un impacto más devastador.
A lo anterior, debemos agregar el factor cambio climático que propicia una serie de anomalías que se vuelven impredecibles. También debemos recordar que los huracanes y lluvias traen definitivamente beneficios, contribuyendo a la recuperación hidrológica, pero también generan daños a las personas y su patrimonio, parte de esos efectos tienen su origen principalmente en la carencia de planes de ordenamiento urbano y ecológico, así como la ocupación desordenada y sin autorización de los cauces, zonas federales y zonas inundables. El deficiente ordenamiento de la ocupación del territorio no es resultado de una sola causa, sino consecuencia de un intrincado conjunto de factores políticos, económicos y sociales, lo que dificulta su adecuada comprensión y su eficaz solución.
La politización de decisiones de índole estrictamente técnica en el ámbito local, la desarticulación y franca pasividad de la sociedad civil y la discrecionalidad y opacidad de las decisiones locales generan un alto grado de impunidad ante transgresiones a los ordenamientos existentes.
Para ser eficaz, la política pública en la materia requiere estar compuesta de elementos de muy diversa índole, como procesos e incentivos de cooperación interinstitucional, ajuste al marco normativo, redistribución de competencias, incentivos presupuestales, instancias de sanción ciudadana e incluso al uso institucional de la fuerza pública para casos extremos.
Esto se debe acompañar de un programa robusto de financiamiento y capacitación a nivel municipal y estatal, que fortalezca las capacidades locales a nivel técnico y de gestión de procesos de planeación participativa. Pero más aún se demanda la concreción de los proyectos que menciona esta estrategia, se mencionan costos, pero estos no deben desestimular el que se emprendan, cierto que son inversiones algunas impresionan, pero es la única manera de contar y mantener con elementos que permitan prevenir, reducir o evadir riesgos que afectarían no sólo el patrimonio personal, o pérdidas o daños en la infraestructura y equipamiento urbano, sino también en las lamentables pérdidas de vidas.
Además, cabe señalar que los daños que provoca el cambio climático no sólo son en el ámbito personal o del equipamiento urbano, sino en el sector productivo en bienes y servicios, solemos visualizar sólo el sector agrícola con los daños en la agricultura y ganadería que son de alto impacto, pero el sector industrial también padece y eso se traduce en severos impactos en la economía, en el empleo y en un sinfín de satisfactores.
La política pública debe prever considerando la infraestructura pertinente y medidas que permitan preservar las fuentes de agua subterránea y superficial, así como las medidas, mecanismos y estrategias, ahora las soluciones se emprenden desde lo local, pero no debe perderse de vista que el agua no tiene fronteras, y la visión debe ser considerando las cuencas y no desdeñar los mecanismos de gobernanza que serían más que útiles, aunado a una concientización en los usuarios que más de una tradicional cultura del agua, deben partir en la construcción de una educación hídrica transversal y si no existe en algunos segmentos una visión de usuario responsable entonces construirla.
Esta estrategia como lo señalé es interesante y demanda ajustes en sus otras estrategias para trabajar coordinadamente y bajo visión trasversal. Más aún porque esta estrategia se enfoca en un rubro delicado como es la seguridad hídrica, de ahí dependen de que los excesos de agua no sean un peligro y que la escasez no sea la antesala de una crisis cuyo impacto negativo aún no dimensionamos. Nos vemos la próxima semana, no olviden la importancia de emprender acciones que permitan que en México y Aguascalientes el agua nos alcance.
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