
Juan Carlos García Agencia Reforma
CIUDAD DE MÉXICO.- Duendecillos de la música, los integrantes de Pixies, haciéndole honor al significado del del grupo en inglés, embelesaron a su público de la Ciudad de México.
La agrupación de indie rock se presentó en el Teatro Metropólitan, en lo que fue una oportunidad dorada para sus fans de verlos. Había mucha gente adentro y bastantes personas afuera con la esperanza de encontrar un boleto que nunca estuvo disponible.
El grupo, integrado por Joey Santiago, Black Francis, David Lovering y Paz Lenchantin, visitó el País para presentar en directo su más reciente disco Doggerel, y no pudo más que engolosinar a su audiencia.
Fueron una hora y 45 minutos de surf rock, de soft punk, de indie noise, en los que ni el vocalista (Black Francis) ni sus cómplices dijeron palabra alguna, sólo algunos balbuceos previos a varias rolas o breves introducciones para un par de canciones.
El Metropólitan registró lleno total, sin un espacio vacío, y con el ánimo hasta el cielo: sólo almas ávidas de la cadencia y sobriedad del grupo bostoniano, que está cumpliendo 35 años de su fundación.
«Monkey Gone to Heaven», «Planet of Sound», «Death Horizon», «Doggerel», «Hey» y «Velouria» destacaron en el repertorio del concierto, en el que la escenografía marcó mayormente contraluces, pues había una colección de reflectores detrás de los músicos.
«Winterlong» y «Debaser» fueron los temas con los que se despidió el grupo. Cuando terminó el show, alrededor de las 22:45 horas, los músicos recogieron una bandera que les aventó un integrante del público y abandonaron el escenario, nuevamente sin decir palabra alguna.
Desde las 18:00 horas, afuera hubo gente deseosa de conseguir una entrada, con letreros como «¿me vendes un boleto?», «quiero entrar por favor», y así hubo una peregrinación de fans en la cuadra por un «golden ticket», el cual no llegó.
Para quienes sí pudieron entrar y llegaron temprano a sus asientos, el equipo de ingenieros y asistentes del grupo salió a probar sonido en los instrumentos alrededor de las 20:15 horas y dio un breve coctel de ritmos, anticipando un poco de lo que se escucharía durante el recital.