Se extinguió la vela de Ignacio López Tarso

CDMX.- La vela de Ignacio López Tarso se apagó ayer, a las 18:47 horas, justo cuando el cielo lloraba y el viento soplaba como no lo hacía desde hace tiempo.
Fue el adiós de un actor total, apasionado del teatro, del cine y la TV. Que llevó tatuado su personaje de Macario durante seis décadas, tras llevar el filme de Roberto Gavaldón al Festival de Cannes y luego como primer representante de México en la gala del Óscar en el rubro de Mejor Película Extranjera.
Hace varios días fue hospitalizado debido a una neumonía, que derivó en insuficiencia renal, pulmonar y cardiaca. Dejó de comer y no podía hablar. Su hijo, Juan Ignacio Aranda, le puso música de Vivaldi en su última noche.
«Somos una familia afortunada por haber recibido de él y durante todos estos años, sus consejos, abrazos, sonrisas, apoyo, confianza, soporte y que nos haya dejado hoy (ayer), este enorme legado. Murió en paz y contento», escribió la familia en un comunicado.
En el hospital de la Colonia Roma donde se encontraba internado. En punto de las 20:00 horas arribó una carroza Cadillac modelo 1928, de la funeraria García López. Hoy tendrá lugar el funeral y su cuerpo será incinerado.
Hay posibilidad de que se le rinda un homenaje en Bellas Artes, aunque mañana mismo estarán sus restos en el Teatro San Jerónimo, donde él quería volver para terminar una temporada que interrumpió debido a la pandemia hace tres años.
Ignacio López López, su nombre real, nació en la Ciudad de México el 15 de enero de 1925.
Películas como El Hombre de Papel, El Gallo de Oro, La Vida Inútil de Pito Pérez, Rapiña y El Profeta Mimí le dieron renombre.
(Con información de Fernanda Torres y Lorena Corpus. Jacqueline Ponce León/Agencia Reforma)