RODRIGO ÁVALOS ARIZMENDI

El plan B de la reforma llegó al senado, en donde el día de hoy se discutirá este plan electoral que es impulsado por el presidente López Obrador y que se supone que va a ser analizado y discutido por todos los senadores, con pausa, con prudencia y con tranquilidad, para que todos los senadores, de todos los partidos -opositores, aliados y morenos- pudieran emitir su opinión. Ricardo Monreal se dijo preocupado, y con justa razón, por la democracia, a negociar con las bancadas, no solamente de la autollamada cuarta transformación, sino también de la oposición para poder solventar las violaciones a la Constitución, que le darían materia a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para echar atrás lo que la oposición ha calificado como un atentado contra la democracia. También reconoció Monreal que hay cierta resistencia entre las bancadas aliadas –el Partido del Trabajo, Verde Ecologista y Encuentro Social– y también de la oposición que está completamente en contra. Así mismo, Monreal reconoció que en estos días había estado muy reflexivo en torno a este asunto; en el futuro de México, en materia democrática. Y que trataba de influir desde adentro de su grupo parlamentario y de su corriente ideológica y política para no cometer excesos y violaciones a la Constitución. Para terminar, dijo que aún no definía el sentido de su voto, pero sí dejó muy en claro que él estaba a favor de la Constitución.

Otro que opinó sobre este tema fue Claudio X González, quien dijo que acudirían a todos los movimientos en todo el país y que seguirían en las calles para seguir diciendo que el INE no se toca. Y para ello activarán todas las capacidades y la organización ciudadana, así como el reclamo de la vía judicial a través de las acciones de inconstitucionalidad, las controversias constitucionales, además de los amparos y los juicios de derechos políticos de los ciudadanos, que se activarían de manera masiva si este plan B procede.

Así mismo, el día de ayer todo apuntaba que se llevaría a cabo una sesión maratónica, en la cual los senadores de Morena y sus aliados políticos aprobarían este llamado Plan B en materia electoral, pero al final de cuentas se decidió trasladar esta amplia discusión para el día de hoy en sesión programada a las once de la mañana, debido a que grupos parlamentarios, junto con las autoridades de la Secretaría de Gobernación y de la propia Presidencia de la República, estaban negociando cómo solventar las violaciones a la Constitución que trae el documento, en el caso de que éste se judicialice para echar atrás el Plan B de la reforma electoral del gobierno de la Cuarta Transformación.

Por su parte, el presidente dijo ayer en la mañanera que la oposición tiene el derecho de impugnar el Plan B en materia electoral una vez que sea aprobado por el Congreso y será la Suprema Corte la que decida sobre su constitucionalidad. López Obrador dijo que él no da línea al Poder Judicial, porque perdería su autoridad moral y consideró que se trata de politiquería, ya que en los hechos es una reforma muy acotada y que no se disminuye el presupuesto a los partidos, ni tampoco se reduce la cantidad de legisladores, y los consejeros y magistrados no podrán ser elegidos por el pueblo. Y como no hay reforma constitucional, la propuesta que hace el presidente tiene algunas cosas buenas, pero la mayor parte son perjudiciales para el instituto. Como, por ejemplo: se mermará la capacidad operativa del INE. Le quieren hacer cambios drásticos y no se puede desconocer que el INE puede mejorar su dimensión y reducir costos, pero la forma como lo quieren hacer es excesiva. Se reducen, para dar una idea, 18 direcciones y se fusionarán en 12. Se eliminarán las 300 juntas distritales del INE, que son la base operativa para organizar elecciones y se sustituyen por una vocalía operativa. Se eliminará la Junta General Ejecutiva del INE, que es el área mediante la cual el presidente del instituto garantiza que todas las decisiones que toman los consejeros se lleven a la práctica. Se le atan las manos al INE y al Tribunal Electoral para sancionar a partidos. Y esto es muy importante porque actualmente el INE y el Tribunal tienen una capacidad de interpretación de la norma y capacidad reglamentaria para llenar vacíos de la ley electoral. Y con esto el Congreso quiere que el INE y el Tribunal solamente puedan actuar en estricto derecho. ¿Qué significa eso? Que sólo lo que está establecido en la ley pueda ser sancionado por el INE cuando la materia electoral es una materia en donde diariamente ocurren fenómenos que no están contemplados en la legislación. Asimismo, se le mermó la capacidad presupuestal al INE, porque se dice que los diputados le van a etiquetar todos los recursos al instituto sin que éste pueda tomar medidas propias de reasignación presupuestaria que son necesarias para su flexibilidad. Y un tema muy importante: se expande la capacidad propagandística de los servidores públicos.

Además, un tema que genera mucha indignación es que se les premia a los partidos pequeños que son aliados de Morena, Partido del Trabajo y Verde Ecologista, mediante algo muy grave: se garantiza la sobrevivencia de estos dos partidos pase lo que pase. Mediante esta reforma, Morena les va a poder regalar votos como si estuviéramos en el casino de la feria y les podrá regalar fichas para que los que van perdiendo puedan seguir jugando. Y es que mediante un convenio, Morena podrá darles los votos necesarios para que garanticen su registro, a pesar de que por sí solos no alcancen el 3% de la votación. Para finalizar, le comento que las formas y modos con lo que esto se aprobó en la Cámara de Diputados es algo inédito nunca antes visto en décadas, propio de un país bananero. Se dispensaron trámites de una propuesta de reforma de 400 artículos modificados. Nadie la había leído porque se entregó a la una de la tarde y se votó esa misma noche. No había ninguna justificación para hacerlo con urgencia y de cualquier manera el presidente quiso que ese mismo día que le rechazaron su reforma constitucional se votara la reforma legal, igual que ocurrió cuando se le rechazó la reforma eléctrica y luego se le aprobó la ley de la industria eléctrica. De tal forma que estos modos de querer imponer a cualquier costo para desafiar las reglas, para despojarse de cualquier autocontención, que en democracia es muy importante, y lo que aquí se vislumbra con esta propuesta de reforma es la manera en que López Obrador va con todo para asegurar ganar elecciones durante mucho tiempo con procedimientos anacrónicos, que traerán nubarrones sombríos frente a un pueblo casi sin pan, sin más libertad para escoger al mejor, sino al que se le ordena. Esto tarde o temprano, va a conducirnos a una encrucijada peligrosa.