Jesús Eduardo Martín Jáuregui
SINCRETISMO EN LA FERIA.- Los pueblos nahuatlatas que tenían en común el culto al Dios Tláloc, en el mes de abril iniciaban ceremonias propiciatorias para la lluvia, que incluían sacrificios humanos. En muchas partes de nuestro México se celebra a San Marcos, una vez que los misioneros en un ejercicio sincrético superpusieron su fiesta a la de los tlalocans. Muy probablemente las primeras ferias tuvieron que ajustarse para no competir en desventaja con la de San Juan de los Lagos a la Virgen ni la de Zacatecas. La del pueblo de indios de San Marcos venía bien y finalmente fue la que pervivió, aunque la celebración actual nada tiene que ver con la tradicional, salvo que parece que se restauran los sacrificios humanos.
Luego del estornudo del presidente en Mérida que provocó las contradicciones de los boletines oficiales, también las de las declaraciones de los voceros y el mensaje atribuido al presidente y que, hasta el momento es la única prueba de que el presidente goza da cabal salud (bueno, a partir del tweet, 10% de COVID y 90% de salud), se desataron chismes, rumores, especulaciones, trascendidos, etc., según el nivel. Ya se sabe que lo que en el pobre es borrachera en el rico es alegría. Al fin, parece que ya se pusieron de acuerdo: el presidente tiene, a pesar de su fuerza moral y las vacunas, excepto la Patria que seguimos esperando (aunque a estas alturas no va a servir para un carajo), una tercera infección de COVID-19, aunque leve y goza de cabal salud (¡gulp!), y en unos cuantos días reaparecerá. Lo que desde luego es una buena noticia, por lo tanto deseo fervientemente que sea cierta, pensemos que de no ser así se armaría de Dios es Cristo, entre corcholatas, corchos, tapaderas, roscas y tornillos. ¡Ni Dios ni Marx lo quieran!
La mejor prueba de que el estado de salud del presidente no es delicado, nos dicen los voceros oficiales, es que la no dama o no primera, aprovechó para visitar Tabasco, creo. Aunque si el desentendimiento del consorte fuera señal de buena salud, a buen seguro la mayoría la tendríamos espléndida.
Bromas de mal gusto aparte, la realidad es que el presidente y su gavilla nos han mostrado que ni su palabra ni la de sus seguidores es digna de respeto. Es triste, es preocupante pero es la realidad: el presidente no honra su palabra. Con el mismo énfasis afirma una cosa, que mañana con toda desfachatez negará. La primera y más importante fue su protesta. No es inoportuno recordar que protestó cumplir y hacer cumplir la constitución y las leyes que de ella emanen.
La salud del presidente es un asunto de interés nacional. En un tiempo nuestras leyes preveían la existencia de la figura del vicepresidente que cubría las vacantes temporales y definitivas del presidente, parece, sin embargo, que en algunos casos los vicepresidentes tenían especial interés en buscar que las vacantes se produjeran, lo que normalmente no era del agrado del jefe del Ejecutivo y como probablemente produjo algunos conflictos, el legislador de 1917 prefirió suprimir la figura. De un asunto tan relevante lo único que podemos conocer es un tweet que, se dice, envió al presidente, aunque, según otros, hay fundadas razones para suponer que lo redactó otra persona.
El Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información es un órgano constitucional autónomo creado, como el resto de los organismos autónomos, con el acuerdo de todas las fuerzas políticas en su momento con la finalidad de acotar la autoridad unipersonal del presidente, sus facultades metaconstitucionales y el ejercicio arbitrario del poder. Merece la pena recordar que el propio actual presidente fue de los promotores de organismos como éste y como el INE, que ahora cuestiona. El mandato de la 4T se ha caracterizado además de los desaciertos y las fallas, en una opacidad que ha permeado prácticamente a todas las áreas del gobierno. No es novedad para López Obrador, cuando fue Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, determinó clasificar por veinte años la información de la construcción de los pisos elevados de las vías de circulación, por cierto construidas por designación por el esposo de la ministra plagiaria, que por cierto inició su carrera como magistrada en el tribunal de la entidad que gobernaba AMLO.
Gracias a la función del INAI se ha logrado conocer muchas de las fallas, fraudes, desviaciones, ineptitudes, desfalcos y en general la información que, en otras ocasiones, se ocultaba o se distorsionaba y que, en buena medida favorecía la impunidad. Gracias al INAI fue posible detectar, investigar y sancionar la estafa maestra.
Para algunos resulta sorprendente que el presidente manifieste que el INAI no ha servido para nada, que ha propiciado corrupción, que es demasiado caro. Como su campaña contra el INE, basada en mentiras, difamaciones y acusaciones sin sustento. Se entiende que el presidente no quiere que Transparencia funcione, sus obras emblemáticas se han disparado varias veces de sus presupuestos originales, además de encargárselas al ejército determinó declararlas de seguridad nacional para no tener que rendir información. Informar es una monserga, transparentar un riesgo que AMLO no quiere correr, por eso su más reciente jugada fue vetar a los comisionados electos por el Senado, impidiendo de facto que el INAI pueda funcionar, su ukase fue convalidado por la ministra Loretta, proclive al presidente y esposa de un funcionario cercano. La resolución de la ministra impide que el INAI opere sin estar completo, pero también niega que se le ordene al Senado que realice los nombramientos.
Como en el caso de la salud del presidente, la falta de funcionamiento del INAI nos impide conocer la salud de la República. Otro ardid mañoso del KKASH.
EL IMSS AL RESCATE.- Luego del estrepitoso fracaso de los programas e instituciones de salud de la 4T, para muestra basta la escasez de medicinas, el abandono de los “golpistas” niños con cáncer y sus familias y las, al menos, setecientos mil muertes derivadas de la pésima estrategia para combatir a la Covid-19, el presidente determinó y ya se avaló por el Congreso un programa denominado IMSS Bienestar, para personas sin recursos y sin servicios médicos. Sólo que el IMSS no tiene capacidad para asumir la atención de sus derechohabientes, su salud y sus pensiones y ahora se la ampla, con cargo a las cuotas que los patrones y empleados pagamos. Chapuza tras chapuza.
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