Cecilia de Santos Velasco / El Heraldo

Al afirmar que desde el año 2010 a la fecha se vive un tiempo de desencanto social hacia la democracia electoral, donde la gente no quiere votar porque sencillamente no se solucionan los problemas, el coordinador de Asuntos Internacionales del INE, Manuel Carrillo Poblano, aseveró que la nueva reforma electoral requiere invariablemente del acuerdo político y del consenso básico para determinar lo que se quiere, cómo se quiere y cuánto cuesta.

Al impartir la conferencia “Algunas consideraciones sobre los retos de los Órganos responsables de la administración electoral”, en el auditorio Pedro García Rojas del Congreso del Estado, el funcionario del INE recalcó que México se encuentra en riesgo la democracia si no se garantizan la efectividad, los resultados y el libre sufragio.

Carrillo Poblano indicó que, más allá de una reforma estructural al Instituto Nacional Electoral (INE), el reto y la tarea fundamental es “fortalecer y garantizar con transparencia y legalidad los procesos de transición democrática de los gobernantes y reafirmar la confianza ciudadana en las autoridades electorales”.

Igualmente, afirmó que la democracia electoral no resuelve los problemas de inseguridad, empleo, salud, desarrollo urbano, cambio climático o justicia, pues eso le corresponde a los tres poderes. Sin embargo, el desencanto hacia la democracia aumenta las presiones hacia los órganos electorales al decir que las elecciones son caras y no resuelven cosas. Esa postura es antidemocrática y se observa en 30 países del mundo, incluido México.

«En el año 2000 había 180 países con elecciones, con distintos estándares de democracia», dijo. «Es necesario avanzar en la regulación de las redes sociales en materia de procesos electorales, porque la participación político electoral es un bien social, sin atentar contra la libertad de expresión ni de la equidad y competencia electoral».

Finalmente, el coordinador de Asuntos Internacionales del INE agregó que en Estados Unidos también está en riesgo la democracia al no haber aceptación de los resultados electorales del actual presidente Biden, lo cual es un tema delicado porque se habla de un país desarrollado.