
Claudia Guerrero y Rolando Herrera Agencia Reforma
CIUDAD DE MÉXICO.-Tras evocar las gestas revolucionarias, el Presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró ayer que de no ser por los pobres su Gobierno ya hubiera sido derrotado y sometido, para convertirse en «pelele» de los grupos conservadores.
Durante la ceremonia del 112 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, sostuvo que, sin el apoyo de los mexicanos más desfavorecidos, su Administración se hubiera visto obligada a obedecer los caprichos de quienes ostentan el poder económico.
«La traición contra Madero ayuda a entender el porqué de nuestra estrategia política: si no estuviéramos respaldados por la mayoría de los mexicanos, en especial por los pobres, ya nos habrían derrotado los conservadores», consideró.
«O habríamos tenido que someternos a sus caprichos e intereses, para convertirnos en simples títeres o peleles de quienes ya se habían acostumbrado a robar y detentar el poder económico y político en nuestro País».
Frente al presidente de la Cámara de Diputados, el panista Santiago Creel, el Mandatario dirigió su mensaje a quienes, dijo, «ya se sentían los dueños de México».
«Los gobiernos democráticos solo pueden tener éxito si atienden las demandas de las mayorías y, en consecuencia, consiguen a cambio, como recompensa, el apoyo del pueblo», insistió.
«La lección (de la Revolución) es que ningún modelo económico funciona si se sostiene con las armas y si la prosperidad de unos pocos se sustenta en la esclavitud y el empobrecimiento de muchos».
Previamente, al recordar pasajes históricos de la Revolución, López Obrador manifestó que representantes de «las clases medias y altas» fueron quienes azuzaron a la población para derrocar a Francisco I. Madero.
«En la propia Ciudad de México, aquí, se formó un grupo de jóvenes reaccionarios, de clases altas y medias, que alentaban el cuartelazo y animaban a la población a rebelarse contra el Presidente Madero», aseveró.
Defiende a milicia
Frente a mandos y tropa de las Fuerzas Armadas, que participaron en el desfile conmemorativo, el Presidente defendió a los militares y culpó de sus errores a los Gobiernos civiles.
«A lo largo de su historia es más lo bueno de esta institución militar que los errores o sus manchas, muchas de ellas no atribuibles a los mandos militares, sino a los Gobiernos civiles, que -en algunas ocasiones- las han utilizado indebidamente, han utilizado las Fuerzas Armadas para reprimir al pueblo», aseveró.
En medio de la polémica por la decisión de prolongar hasta 2028 la participación del Ejército en labores de seguridad pública, el Presidente se pronunció por un acercamiento entre los militares y los civiles.
«Ahora, en esta nueva transformación, como en los orígenes, exige una convivencia estrecha y fraterna entre el pueblo uniformado y el pueblo civil. Tanto la Sedena como la Marina son pilares fundamentales del Estado de derecho, democrático y social», consideró.
López Obrador defendió la reforma constitucional para que el Ejército y la Armada sigan apoyando en labores de seguridad pública, mientras la Guardia Nacional termina de consolidarse, bajo la dirección de la Sedena.