CDMX.- Al llegar a un set o a un teatro, Rebecca Jones era imponente, sus amigos y compañeros de reparto la recuerdan como una mujer que sobresalía en su forma de decir sus diálogos y de mirar, así como su profesionalismo, su exigencia, su altivez y su carácter firme, pero su mayor ejemplo de fortaleza lo dio los últimos años de su vida.
Jones demostró su determinación incluso hasta antes de su deceso, que ocurrió la madrugada de ayer en el Hospital ABC Observatorio, pues dejó claro cómo quería ser despedida, aunque los detalles estuvieron resguardados por respeto a la privacidad de su ex esposo, el actor Alejandro Camacho, y al hijo de ambos, Maximiliano.
El cuerpo de la actriz fue trasladado a una funeraria en San Jerónimo, en la Alcaldía Álvaro Obregón, al sur de la Ciudad de México. Hubo un servicio espiritual, mas no religioso, al que acudieron unas 10 personas, entre ellos la productora y actriz Ana Celia Urquidi, de acuerdo con allegados a la familia.
Los restos de Rebecca fueron cremados y las cenizas se trasladaron, cerca de las 21:20 horas, a la residencia de Maximiliano, de 34 años.
La actriz murió, a los 65 años, después de luchar contra el cáncer de ovario que le fue detectado en 2017.
Debutó en la obra Salvar a los Delfines, a lo que siguieron las telenovelas Muchacha de Barrio (1979), El Amor Nunca Muere (1982), El Maleficio (1983), La Traición (1984), Imperio de Cristal (1994) y La Vida en el Espejo (1999).
Entre sus papeles más icónicos se encuentran María de los Ángeles (El Ángel Caído), Vilma de la Fuente (Cuna de Lobos), Deborah San Román (La Sonrisa del Diablo), Antonia Palacios (Para Volver a Amar). También participó en la serie de Netflix La Casa de Las Flores (2020), en el papel de Victoria Aguirre. (Juan Carlos García, Mauricio Ángel y Fernanda Torres/Agencia Reforma)