CIUDAD DE MÉXICO .- Pocos destinos pueden presumir que cuentan con todo lo que una pareja necesita para pasar unas grandes vacaciones como Querétaro.
En este Estado se puede ir de la tranquilidad de provincia a la aventura con tan sólo pasar un par de horas en sus carreteras.
Una de las mejores maneras para comenzar la travesía es en su capital, Santiago de Querétaro.
Resulta perfecta para las parejas que adoran las ciudades llenas de historia, ya que fue una de las más durante el Virreinato y prueba de ello es la gran cantidad de construcciones religiosas que aún se conservan, como el Antiguo Oratorio de San Felipe Neri, mejor conocido como la Catedral de Querétaro, donde la primera misa la ofició don Miguel Hidalgo y Costilla.
La construcción muestra la transición del barroco al neoclásico, con sencillos altares y cúpulas, pero todavía se pueden apreciar la profusa decoración de la fachada.
A 10 minutos caminando, se encuentra el Templo de la Santa Cruz, originalmente una pequeña capilla, pero a mediados del siglo 17 se erigieron la iglesia y el convento que hasta la fecha se aprecian.
Su principal atractivo es un árbol del jardín del que crecen espinas en forma de cruz; los más creyentes dicen que es un milagro y un recordatorio de que Jesús murió crucificado.
El destino también presume varios hoteles boutique, la mayoría dentro de antiguas casonas que pertenecieron a renombradas familias de la época virreinal, entre ellos La Casa del Naranjo, El Serafín, La Casa del Atrio y Doña Urraca.
Todos resultan perfectos para olvidarse del estrés y enfocarse en disfrutar de la tranquilidad y privacidad que ofrecen.
A una hora en auto de la metrópoli se encuentra Bernal, lugar perfecto para aquellos amantes de la aventura.
Antes de llegar, encanta la vista: una enorme roca domina todo el horizonte, es la Peña de Bernal.
Con 350 metros de altura, es el tercer monolito más grande del mundo, después del Peñón de Gibraltar, en España y el Pan de azúcar, en Brasil.
Se puede escalar hasta prácticamente la cima con el equipo adecuado y la ayuda de un profesional. Los menos intrépidos recorren los senderos a las faldas que regalan a varios metros de altura privilegiadas vistas del semidesierto de alrededor.
También vale la pena recorrer el pueblo donde los artesanos elaboran cobijas y jorongos de lana para resguardarse del viento proveniente de la sierra y en las calles donde se venden dulces típicos, pan de pueblo y helados.
Muy cerca del pueblo, a no más de 30 minutos, está el edén para aquellos que adoran los buenos vinos, Ezequiel Montes.
Este municipio cuenta con varios viñedos. Finca Sala Vivé by Freixenet México -que se localiza en el kilómetros 40.5 de la Carretera San Juan del Río-Cadereyta- es probablemente el más conocido de la zona. Además de degustar los vinos que ahí mismo producen, se pueden conocer las cavas en recorridos guiados.
Otra opción es Bodegas De Cote -en el Libramiento Norponiente Km. 9.5 Tunas Blancas-, que ofrece tours por sus instalaciones en bici, a pie o a bordo de un pequeño coche tipo safari.
Mientras que viñedos La Redonda -en el kilómetro 33.5 de la carretera San Juan del Río-Ezequiel Montes- ha cobrado fama porque, aunque también ofrece recorridos, organiza a lo largo del año varios eventos para celebrar la cultura del vino con degustaciones y espectáculos musicales. Uno de los más próximos, el 19 y 20 de noviembre, Wine Circus Fest, habrá hasta recorridos en helicóptero por el viñedo.
Si la cultura vinícola no fascina, y se desea algo más extremo y comprobar la condición física de la pareja, hay que dirigirse a Campo Alegre, se ubica a hora y media en carretera desde Ezequiel Montes.
En este Parque Nacional, lleno de pinos y robles, se puede acampar, practicar senderismo, ciclismo o montar a caballo. Para pasar la noche, se puede rentar una cómoda y tranquila cabaña, aunque hay que reservar con antelación. Si van en invierno, más vale estar preparados para cobijarse enfrente de una chimenea.
A unos cinco minutos en auto se hallan las Grutas de los Herrera, en su interior se puede admirar estalactitas y estalagmitas de 100 millones de años.
Si los enamorados quieren una opción más tranquila y sentir lo que es realmente la vida en provincia, disfrutarán de Tequisquiapan con sus calles angostas y empedradas, hermosos cielos azules prácticamente todo el año y la hospitalidad de su gente.
En este Pueblo Mágico, que se ubica a dos horas en carretera desde Campo Alegre, hay que caminar por la plaza de la Parroquia de Santa María de la Asunción, por ahí nunca falta un puesto de deliciosos esquites o helados.
O bien, recorrer el Mercado de Artesanías, ubicado en la calle de Ezequiel Montes, donde hay una infinidad de productos hechos de madera y mimbre como lámparas, cestos, utensilios para cocina y hasta roperos.

TABLA
Debes probar
El chivo tapeado, típico de la región y que se prepara con una especie de adobo de chile guajillo. Usualmente se acompaña de pulque.

Toma en cuenta
Sin importar la época del año, las tardes queretanas suelen ser un poco frías o con lluvia, lleva una sudadera o un impermeable.