
Nallely Hernández Agencia Reforma
CIUDAD DE MÉXICO.-Alargar la vigencia de consumo de los alimentos es una urgencia climática para reducir los desperdicios, pero también para impulsar los negocios.
Por ello, para empresas como la chilena Copperprotek, la elaboración de empaques que permiten una mejor conservación es una oportunidad para productores mexicanos que exportan alimentos frescos y procesados.
Raúl Molina, cofundador y gerente comercial de la empresa, explicó que, por medio de una tecnología a base de componentes de cobre, lograron crear un empaque que permite alargar hasta 30 días más el límite de caducidad de alimento, ya sean procesados como jamones o salchichas o productos frescos empacados como quesos o carne de cerdo y res.
Eso ayudaría a reducir mermas y devoluciones.
«En el momento en el que empieza la proliferación de bacterias en el alimento, que lo descomponen o le acortan su vida útil, el empacado al contacto de bacterias las elimina», dijo el directivo.
Explicó que, incluso en el movimiento interno de mercancías, este tipo de tecnología permite soportar la interrupción de la cadena de frío por fallas en la refrigeración o zonas de mayor temperatura durante el transporte.
Actualmente, ya atienden clientes de Chile, Ecuador e incluso hay negociaciones con procesadores mexicanos.
Sin embargo, la certificación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA), que espera recibir en la primera mitad de este año, permitirá a la empresa potenciar que más productores mexicanos que exportan alimentos adquieran los empaquetados de Copperprotek.
«Darle una o dos semanas extra a un producto puede permitir llegar a mercados donde no se ha estado.
«Estamos llegando a México porque estamos a punto de que nos entreguen (la aprobación) el FDA, en dos meses, es la aprobación que necesita el empaque para venderse en Estados Unidos», detalló Molina.
Para el directivo, es urgente buscar alternativas que den una mayor vida a los alimentos para ser consumidos antes de desecharse, Frente a con una estimación de desperdicio global de más del 30 por ciento de la comida.