
Hace nueve años, tuve la oportunidad de presenciar la publicidad de una película de Marvel sobre un grupo de forajidos galácticos. Una apuesta cinematográfica muy diferente a lo que ofrecía la Casa de las Ideas en aquellos años, que terminó cautivando al público y convirtiéndose en una interesante clase de marketing… ¡para quienes desean diferenciarse del resto!
Antes de comenzar, si aún no has visto la primera película, sigue leyendo; mi artículo tiene un enfoque personal y está libre de spoilers. Los «Guardianes de la Galaxia» son un equipo de personajes ficticios que tuvieron su debut en las historietas en 2008 y han aparecido como «secundarios» en películas del «MCU» y como «principales» en su propia trilogía, la cual llega a su fin en unos días.
La razón general por la que estos personajes tuvieron éxito en el cine fue que «se salieron del molde». Una narrativa espacial con criaturas exóticas suele generar disgusto en el público general; sin embargo, partiendo del mismo universo que los Vengadores, utilizaron piezas musicales de los 60 y 80 para conectar con el público. En los tráileres se reflejó eso y el personaje de Chris Pratt sirve como puente. Su walkman con canciones de antaño tiene un valor especial en la historia.
No digo que lo anterior haya sido una tendencia iniciada por los Guardianes, pero películas como las de Star Wars no se promocionaban de esa manera. Otra forma en que logran salir del molde es en una escena (sin spoilers importantes) donde Pratt aterriza en un planeta y la banda sonora indica que algo malo va a pasar, pero esa tensión desaparece cuando enciende su walkman y se pone a bailar. La historia tiene sus momentos de comedia, en su mayoría, pero logra romper con el estereotipo… ¡de lo que debe ser una película espacial!
Recuerdo que una película de «Spider-Man» le hizo competencia en 2014; se esperaba que esta tuviera más éxito que la de Guardianes, pero sorprendentemente el resultado fue al revés. Si esto lo pusiéramos en una matriz BCG, Spidey era un producto «vaca» porque ya estaba consolidado y la otra era una «interrogante» porque era relativamente nueva en el mercado. Una vez que se estrenaron en cines, los roles cambiaron: el arácnido se volvió «perro» por su falta de innovación y los espaciales en «estrella».
Salir de lo tradicional fue lo que hizo que estos personajes nos conquistaran hace nueve años, y esto es posible si buscas que tu negocio o emprendimiento genere algún impacto positivo. Se dice fácil, pero va más allá de comparar a tu competencia y escuchar a tu público objetivo. Se debe ser detallista para crear un nuevo concepto. Hace treinta años era extraño imaginar un teléfono con cámara; hoy es una realidad. ¿Hacia dónde crees que pueda evolucionar tu industria?
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