Las panaderías tradicionales mantienen una fuerte presencia en el estado, con más de 500 establecimientos en operación, informó el presidente del Grupo de Industriales Panificadores, Jaime Álvarez Esparza.
Aseguró que, en este momento, no se está presentando un fenómeno de cierre de panaderías. En cambio, los propietarios están buscando adaptar sus costos de operación para seguir prestando sus servicios.
Aunque las ventas de las panaderías puedan disminuir cíclicamente debido a temporadas vacacionales o condiciones climáticas adversas, siempre hay un público que considera al pan como un alimento esencial en su dieta diaria, agregó.
Álvarez Esparza señaló que la operación de estos negocios sigue siendo atractiva, ya que es una actividad significativa para sus propietarios. La venta de alimentos frescos, artesanales y asequibles beneficia a la mayoría de las familias.
Reconoció que nuevas modalidades de venta, como el pan frío que se ofrece en ciertas colonias, o el pan vendido en tiendas de autoservicio y farmacias, pueden reducir las ventas del sector tradicional. Sin embargo, afirmó que «el pan continúa vendiéndose. Es un negocio noble. A pesar de que el consumo puede disminuir ligeramente, la mayoría sigue consumiendo pan, incluso con los ajustes necesarios».
Los clientes pueden experimentar y buscar nuevas alternativas en la compra de pan en diferentes establecimientos, pero, a menudo, regresan a consumir el producto elaborado en las panaderías tradicionales de barrio.
Finalmente, resaltó que en muchos hogares la tradición de consumir pan durante la cena o el desayuno sigue vigente, gracias a la calidad y adaptabilidad de los empresarios panificadores.

Licenciado en Comunicación e Información especializado en Prácticas Informativas, con 10 años de experiencia en cobertura sobre administración pública, elecciones, educación, seguridad, justicia, economía, y empleo.