Prof. Flaviano Jiménez Jiménez

Toda persona, por sentido común, se fija propósitos y metas para obtener lo que necesita en la vida y lo que más le agrada; y hace esfuerzos para alcanzar lo que aspira. De esta manera concluye una carrera técnica o profesional; consigue un trabajo; adquiere una casa, un vehículo y obtiene lo indispensable para llevar una vida decorosa. Con mucha más razón, una dependencia, empresa, institución u organización social, que tiene fines determinados, establece metas que deben alcanzarse en cierto tiempo; y de esta forma evoluciona la persona, la familia y la sociedad.

Queda claro que el propósito de la Secretaría de Educación Pública es brindar a la población educación de calidad o educación de excelencia de conformidad con la última reforma del Artículo 3° Constitucional. Ahora bien, ¿qué meta de aprovechamiento escolar se fijó Esteban Moctezuma Barragán, primer secretario de Educación de la presente administración?, ¿qué meta de excelencia educativa se fijó Delfina Gómez Álvarez, segunda secretaria de Educación?, y ¿qué metas educativas se ha fijado la actual secretaria de Educación, Leticia Ramírez Amaya?

De Esteban Moctezuma Barragán se recuerdan, principalmente, dos cosas: el anuncio de la Nueva Escuela Mexicana, pero de la cual jamás precisó en qué consistía ni cuáles eran sus propósitos; en el mejor de los casos argumentó que se basaría en la Ley General de Educación reformada. Y la otra cosa que hizo, por la pandemia, fue implementar, como medida de emergencia, la Educación a Distancia o Estudio en Casa, pero jamás se evaluaron  los resultados de esta modalidad por lo que no se sabe nada de sus avances o retrocesos; tan sólo hay, hasta la fecha, especulación de estancamientos. Delfina Gómez Álvarez fue totalmente gris en su gestión educativa; difícilmente hacía declaraciones, por lo que ni siquiera se sabía qué pretendía en la educación. Durante el tiempo de su permanencia en la Secretaría de Educación, inopinadamente, firmó un acuerdo mediante el cual ningún alumno de educación básica debía ser reprobado, aun cuando no tuviera ni siquiera conocimientos elementales ni cumpliera con mínimas actividades escolares de aprendizaje. Leticia Ramírez Amaya, actual secretaria de Educación Pública, no ha dado pronunciamientos sobre propósitos y metas en materia educativa; no establece metas de recuperación de los alumnos que abandonaron la escuela durante la pandemia; tampoco dice nada sobre metas de aprovechamiento escolar o de acercamiento a la excelencia educativa de los estudiantes, como lo establece el Artículo 3°. Entonces, ¿qué avances tenemos en educación hasta hoy? Ninguno de los tres secretarios de Educación, que hasta la fecha han sido designados, ha señalado metas de mejoramiento educativo; simplemente dejaron y están dejando pasar el tiempo; esperando, tal vez, que mágicamente haya buenos resultados. Así, de manera fortuita, sin una planeación intencionada no se pueden esperar avances en educación.

En el caso de Aguascalientes, con el actual Gobierno del Estado, se ve con optimismo la sensibilidad que ha tenido para formular, inicialmente, dos programas educativos: uno, para recuperar a los alumnos de educación básica que desde el ciclo escolar 2019–2020, hasta la fecha, han desertado. Los estudiantes recuperados, una vez reincorporados en las escuelas, serán atendidos en lo emocional con el fin de propiciar, en ellos, un mejor desenvolvimiento en el aprendizaje de los contenidos programáticos y tratar de superar los rezagos en sus estudios. El otro programa es para detectar a los alumnos que están estudiando en las escuelas con bajos niveles de aprovechamiento, sobre todo por las severas deficiencias en la lectura, escritura y en las operaciones matemáticas básicas. Focalizados los educandos de bajo aprovechamiento, los maestros, por los principios de equidad e inclusión, los atenderán prioritariamente hasta lograr su mejoría. Se espera que todo funcione bien en beneficio de los niños, adolescentes y jóvenes de Aguascalientes.