Recibir un diagnóstico donde se indica que la vida está en peligro, no sólo significa lidiar con una enfermedad que merma las condiciones de tu cuerpo, pues es muy común que a la par de ello el paciente presente un cuadro de depresión severa, comentó la psicóloga Ana Gabriela López Ovalle, quien se dedica a dar atención psicológica a las penosas que están atravesando por esta situación.
“Muchas de las enfermedades físicas, de alguna manera tienen impacto en lo emocional, inclusive mejorando lo emocional, se mejoran también las enfermedades físicas”, explicó.
Diagnósticos como cáncer, insuficiencia renal, esclerosis, entre otras, son las que mayor impactan emocionalmente a quienes las padecen.
Detalló que la severidad de la depresión dependerá de la gravedad del diagnóstico, y la incapacidad física que esta enfermedad pueda condicionar; “entre mayor sea el impacto a su vida cotidiana, mayor vulnerabilidad tendrá para caer en depresión”.
Recibir atención de este tipo, es decir que lo emocional no se deje de lado, favorece también a avances en el estado de salud física, apuntó; dijo que los pacientes que son sometidos a terapia, suelen mostrar mejor apego al tratamiento médico.
La salud mental no es para personas que están “medio tocadiscos”, o que presenten conductas extrañas, sino para tener herramientas para podernos enfrentar día a día a diferentes circunstancias y situaciones, explicó la especialista.
Los profesionales de la salud, deben también prepararse en estos temas, a fin de prestar un mejor servicio a sus pacientes, consideró López Ovalle.
“Las universidades han incluido materias como psicología médica, para que precisamente ellos vayan capacitándose en dar malas noticias, pero realmente es poco el abordaje que se les da a la cuestión emocional al personal de salud”, expuso.