1ª Función
“LA VIDA SECRETA DE TUS MASCOTAS” (“THE SECRET LIFE OF PETS”)
Por favor, deténganme si ya han escuchado esta historia: en nuestros hogares habitan seres apropiados por los humanos que cobran autonomía y tratan de llevar una vida comunal cuando no los vemos. En un hogar en particular, uno de ellos, apegado desmedidamente a su dueño, se siente relegado cuando éste lleva a casa otro más grande y de fuerte apariencia. Por supuesto, el original lo detesta más cuando se ven alejados de su hogar deben unir fuerzas para regresar a la vez que descubren que ambos son su amigo fiel. En efecto, no estamos hablando de “Toy Story” (1995), sino del filme más reciente de los estudios Illumination, procreadores para bien o para mal de la saga cinematográfica de aquellos dildos antropomórficos llamados Minions. En esta ocasión, han metido al microondas narrativo la trama de aquella cinta de PIXAR para ofrecernos un producto que, efectivamente, sabe y tiene el buqué a recalentado, lo que significa una ausencia de originalidad en su desarrollo, apego a los clichés dramáticos que este tipo de producciones requieren para tratar de conmover / hacer reír al público menudo y personajes vistos hasta el cansancio, incluyendo la presencia de un conejo en apariencia adorable pero con mente psicópata llamado Snowball que posee toda la motivación y acritud del oso Lotso. El protagonista es Max, un terrier que adora su vida casera con Katie, su dueña y que convive con las otras mascotas del edificio de departamentos donde mora, incluyendo una gata remilgada pero amable llamada Chloe, un perico con ínfulas de aviador llamado Sweet Pete, un perro salchicha llamado Buddy y un pug llamado Mel y una perrita abullonada llamada Gidget que suspira por Max. Un día la rutina cambia cuando Katie lleva a casa a un enorme perro lanudo llamado Duque, desatando una lucha de poder entre los dos canes hasta que las circunstancias los llevan a las calles, donde se extraviarán y deberán emprender el regreso a casa a la vez que Gidget emprende junto con los otros animales una odisea por encontrarlos y rescatarlos. En el camino ambos grupos se toparán con diversos miembros de distintas faunas (incluyendo al mencionado conejo, un personaje diseñado para destacar por la obvia idea de contrastar su tierna apariencia con una actitud agresiva sin una psicología interesante que la acompañe) que van y vienen sin hacer genuina mella en el trama, pues su participación o ausencia no contribuye al proceso mas que para hacer chistes facilones a costa de su respectiva especie. La cinta deja claro que hacer cine dirigido al público infantil no puede o debe limitarse a personajes cuya única función sea encantar a los niños y que la historia se constriña a secuencias construidas tan solo en momentos adorables, chistes bobos y persecuciones ya sobadísimas, como ya lo demostró la más inteligente y trabajada aun contando con un reparto animal “Buscando a Dory”. Insulsa, argumentalmente débil y exasperante en el abuso de los clichés del cine familiar “La Vida Secreta de Tus Macotas” no es un filme que uno quisiera adoptar.

2ª Función
“CUANDO LAS LUCES SE APAGAN” (“LIGHTS OUT”)
A partir de un efectivo cortometraje que explora la idea sobre las entidades macabras que moran en las sombras, el novato director David F. Sandberg logra ampliar dicha premisa en formato de largometraje en “Cuando Las Luces se Apagan”, un relato que busca enfrentar las modalidades narrativas posmodernas sobre lo que la generación Facebook entiende sobre miedo fílmico con la sensibilidad clásica en su tratamiento visual, muy despojado de efectos digitales y procurando nutrir sus atmósferas con iluminación cuidada y desarrollo de situaciones mesuradas. La combinación da un resultado algo disparejo, pues hay momentos en que la cinta no parece encontrar un centro discursivo y deambula por los corredores de la trivialidad, pero cuando se espabila y localiza su objetivo, el filme funciona de maravilla. La trama se centra en Rebecca (Teresa Palmer), una joven que abandonó su hogar hace varios años por dos razones muy concretas: su madre Sophia (Maria Bello), a quien considera una mujer desajustada, inmadura e incapaz de cuidar de su familia y por el constante asedio de un ser de contorno femenino que solo aparece donde haya oscuridad. Ahora ella deberá regresar cuando descubre que su pequeño hermano Martin (Gabriel Bateman) comienza a vivir su propio horror cuando aquel ente espectral comienza a contraatacar. La cinta trata de equilibrar los aspectos dramáticos familiares con el esperado terror que surge ante un fenómeno paranormal que ataca tan solo en las penumbras, siendo éste último el recurso mejor aprovechado por su director, pues logra producir un genuino ambiente de suspenso al no atacar a la audiencia con sustos repentinos y cultivar la expectativa de manera orgánica en base a la situación misma. Filme somero y con potencial que no logra explotarse debido, tal vez, a la inexperiencia de su director, pero indudablemente siembra la simiente de la curiosidad para revisar sus siguientes trabajos. Por lo pronto, “Cuando Las Luces se Apagan” es un ameno divertimento que, esperemos, no permanezca en la oscuridad.

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