
En días pasados, la directora general del Instituto de Educación de Aguascalientes, Lic. Lorena Martínez Rodríguez, dio a conocer que el sector educativo ya tiene definidos dos retos que afrontará, en el marco del Plan de Desarrollo Estatal 2022–2027 del Gobierno del Estado. Estos retos son: 1) “Oferta educativa para que cualquier joven interesado pueda estudiar en escuela pública”; 2) “Mantener la calidad educativa” (publicado en El Heraldo de Aguascalientes el 18 de febrero de 2023).
En el primer desafío, se entiende que la intención es asegurar espacios suficientes para que todos los interesados en estudiar lo puedan hacer en las escuelas oficiales del sistema escolar. De conformidad con el Artículo Tercero Constitucional el sistema escolar está integrado por educación inicial, preescolar, primaria, secundaria, educación media superior y superior. Por lo tanto, en todos estos niveles habrá lugares para estudiar. Ya si alguien quiere asistir a una escuela privada, será por voluntad propia, pues en las escuelas públicas habrá lugares suficientes. En el segundo propósito de “Mantener la calidad educativa”, se sobrentiende que, actualmente, se están otorgando servicios de calidad y, por ello, tan sólo se aspira en mantener la educación en el mismo nivel.
Ambos retos, establecidos por el Instituto de Educación, son primordiales en el sector; sin embargo, sería conveniente hacer algunas reflexiones al respecto. Por ejemplo, garantizar una infraestructura pública para todos los aspirantes al estudio se requieren cuantiosos recursos económicos. La educación inicial no dispone de instalaciones ni de personal para atender este nivel y a la educación media superior y superior, en conjunto, les falta una cobertura de más del 40%. La educación preescolar, primaria y secundaria, salvo los nuevos asentamientos humanos, son los niveles más completos, aunque sus edificios necesitan cuantioso dinero para su mantenimiento. En síntesis, para la construcción de plantas físicas, para el sostenimiento de las nuevas escuelas y para brindar mantenimiento a las existentes, se requiere un presupuesto de miles de millones de pesos que el estado de Aguascalientes no dispone en sus propias finanzas. En tal virtud, para cubrir la infraestructura faltante depende del presupuesto federal; y por infraestructura se entiende tanto la planta física como el personal que labora en las escuelas. ¿Qué le queda al estado? Gestionar los recursos ante la Federación y esperar lo que le autoricen anualmente. ¿Será posible que se autorice todo lo que se pida, cuando para el Gobierno Federal no es prioridad la educación y que, por otra parte, por la austeridad republicana hace recortes casi en todos los programas? Hace bien el Instituto de Educación en ponerse metas cuantitativas ambiciosas, pero sería mejor ser más objetivo en sus planteamientos para no generar falsas expectativas, pues los recursos presupuestales no están bajo el control del Estado.
Y en relación con el segundo propósito de “Mantener la calidad educativa”, ¿de qué nivel es la calidad educativa que se quiere mantener?, ¿qué datos, fidedignos, tiene el Instituto sobre la calidad de los servicios actuales? Porque los datos que existen en algunas escuelas secundarias del estado sólo muestran severas deficiencias académicas. La Comisión Nacional de Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), de nivel central, en septiembre de 2022 y en febrero de 2023, aplicó exámenes de Español, Matemáticas y Formación Cívica y Ética, a una muestra de escuelas secundarias de Aguascalientes y los resultados manifiestan que más del 80% de alumnos está reprobado. ¿Esta es la calidad educativa que se quiere mantener? El sentido común recomienda que una meta cuantitativa que se establezca, como la de la infraestructura, debe ser objetiva y factible de alcanzar; y una meta cualitativa, invariablemente, debe estar soportada en una auténtica evaluación diagnóstica y no en simples pronunciamientos políticos. Se verá lo que pase.