
Eduardo Cedillo Agencia Reforma
CIUDAD DE MÉXICO.- Hasta hace menos de cinco años, el Antirrábico de Valle de Chalco era un centro concentrado sólo en la captura y sacrificio de perros.
Cambió de nombre, pero sobre todo, de propósito. La actual Unidad de Protección Animal se preocupa y ocupa en resolver el problema de la tenencia irresponsable de animales de compañía.
«Había cajas de choques eléctricos que seguían ocupando, las paredes salpicadas de sangre y era una cuestión terrible, incluso los vecinos de acá le llamaban ‘La Carnicería'», recuerda Aline Colín, activista y actual coordinadora de dicha área.
Ella impulsó la creación de un reglamento que sancionara a los dueños por dejar en la vulnerabilidad a sus animales. Entró en vigor en 2019 y fue el punto de partida. Después vino la profesionalización del personal, pues comenzaron a llegar médicos veterinarios, abogados y administradores a hacerse cargo del espacio.
«Lo que ha tenido más impacto ha sido el reglamento, empezar a multar a los dueños», comenta, «hubo mucha gente inconforme, pero también mucha gente contenta».
Con la modernización salieron ganando los lomitos, pero también los vecinos de la Colonia Américas I, donde se ubica la Unidad.
La crisis más grave fue en 2016, cuando tras denuncias por olores fétidos intervinieron protectores y encontraron perros sacrificados, encalados y apilados.
Colín recuerda que enero de 2019, cuando todavía operaba como «perrera» -una más de las muchas que aún funcionan en municipios conurbados del Edomex-, los olores eran insoportables.
Ahora ya no se sacrifican animales, sino que se busca su rehabilitación para encontrarles un hogar. Colaboran con al menos siete asociaciones protectoras y ya se han dado en adopción 4 mil 300 animales.
El 18 de enero recibieron a 24 perritos rescatados en una perrera clandestina en Zumpango, Estado de México. Han hecho todo lo posible porque mejoren, pero no ha sido sencillo.
«No tenemos ningún perrito sano, pero sí tenemos algunos estables, 12 de ellos tenemos en una situación crítica, complicada, con enfermedades virales», reconoce.
Los domingos acuden voluntarios, quienes juegan con los lomitos y los sacan a pasear. Las fotos que toman son claves para ayudar a encontrarles una familia.
Que abusos se castiguen
Para dar un mensaje completo de protección, en la Unidad también dan seguimiento a los casos de maltrato para asegurarse de que los abusadores no sean beneficiados con impunidad.
«Tenemos el caso de un perro al que macheteó un policía municipal de Valle de Chalco. A él logramos meterlo al reclusorio», explicó.
El perro atacado era del vecino del agente, quien argumentó que lo hizo porque atacó a su mascota.
Sin embargo, en la unidad consideraron que no había razón para actuar de esa forma, denunciaron y dieron seguimiento al caso hasta que el acusado fue cesado y pasó siete meses en prisión.
El refugio actualmente resguarda a dos animales con historial de maltratos extremos; sin embargo, la jurisdicción de la Unidad es limitada y sólo pueden dar seguimiento a casos de Valle de Chalco.