Noé García Gómez
Mañana terminan los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro y hasta ayer México contaba con un bronce en boxeo y una plata en caminata 20km, hoy se disputa la última posibilidad de que se obtenga una presea en Taekwondo. Es el peor desempeño en una justa olímpica desde Seúl 1988.
Los bajos resultados de nuestra delegación, no es de lo único que se ha hablado, sino también del desempeño del titular de la Comisión Nacional del Deporte, Alfredo Castillo un polémico personaje que realizó labores de gendarme en Michoacán por encargo de Peña Nieto, y al no dar los resultados y dejar a aquel estado en una vorágine de violencia, su amigo el Presidente lo colocó al frente del deporte del País. Las noticias del señor Castillo desde Río van desde llevar a su novia con recursos, acreditaciones y uniformes de la delegación; hasta haber comprado trajes Hugo Boss y mascadas de Pineda Covalín para la inauguración, dejando a un lado a la diseñadora mexicana que tradicionalmente vestía a las delegaciones y con un costo 10 veces menor; contrastando con las carencias de muchos deportistas que no tenían el equipo mínimo para competir.
El ojo del huracán en que está Alfredo Castillo lo llevan a estar en el banquillo de los acusados del fracaso del deporte mexicano, ¿eso es totalmente cierto? Yo creo que no, Alfredo Castillo ha resultado lo que es, un mal burócrata, fantoche, displicente y superficial. Pero el fracaso del deporte mexicano es algo más profundo que un mediocre personaje.
Sin ser experto en aspecto de políticas públicas deportivas, creo que el fracaso, entre otras cosas, hay que considerar lo siguiente.
1. Somos primeros lugares en consumo de refrescos y comida chatarra: En tal contexto la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (ENSANUT 2012), informa que en niños de 5 a 11 años las prevalencias nacionales de sobrepeso y obesidad para este grupo de edad fueron 19.8 y 14.6%, respectivamente. La prevalencia de sobrepeso en localidades urbanas aumentó de 2006 a 2012 de 20.8 a 25.6% y para las rurales pasó de 19.8 a 16.4%, respectivamente.
2. El sistema educativo ve como tiempo de relleno las actividades deportivas: en las escuelas de educación básica no hay un plan y seguimiento en las actividades deportivas para nuestros niños y jóvenes. Si algún niño o joven tiene las condiciones para destacar en algún deporte, nadie se dará cuenta y no lo canalizarán, llegará a la edad de que dejará de divertirle practicarlo y lo sustituirá por otras alternativas de pasatiempo.
3. Las federaciones deportivas grillas y amañadas: las federaciones encargadas de cada área deportiva están cooptadas por grupos de grillos que han encontrado un negocio para vivir y vivir muy bien a costa del deportista, sin que éste vea reflejado en apoyo. Como ejemplo, la Federación de Caminata hará su agosto con la medalla de plata, aunque el apoyo de dicha organización fue mínima o nula a la atleta ganadora.
4. Los gobiernos en todos sus niveles ven las áreas deportivas como agencia de colocación: es rara la administración gubernamental que ponga el perfil adecuado en la parte deportiva de su gobierno, normalmente ponen burócratas con poco conocimiento que llegan a cobrar muy bien, pero aportan poco.
5. No hay un plan nacional del deporte que se adapte a las circunstancias y características del país y del mexicano: otros países que apoyan al deporte se da énfasis en las disciplinas deportivas que mejor se adapten a las condiciones físicas, mentales y culturales de la población. El ejemplo más claro está en Jamaica donde hay un amplio programa en los deportes de velocidad convirtiéndose en una potencia de 12 años atrás, no vemos a los jamaiquinos derrochando dinero en gimnasia o tenis, ellos detectaron que sus condiciones físicas, mentales y culturales están para carreras cortas de velocidad y ahí es donde ponen énfasis.
Las escasas medallas que se obtienen en las ediciones olímpicas son meros méritos individuales la mayoría meramente circunstanciales, vimos cómo el boxeador ganador del bronce salió a pedir dinero a calles y camiones para costear sus viáticos para ir a un mundial de la disciplina.
Las circunstancias es que cada cuatro años tanto en olimpiadas, como en mundial de futbol el pueblo de México pone sus esperanzas en literalmente héroes del deporte que frente a todas las adversidades están representando al país. Pero la realidad es que nos estamos convirtiendo en un país altamente exigente hacia figuras públicas del deporte; que son canalizadoras de muchas de nuestras frustraciones, ya que éstas figuras están expuestas e indefensas ante una jauría que exige alegrías, esas alegrías que la clase política no da por las circunstancias en que tienen al país, y que lamentablemente no se les exige igual que nuestros deportistas.
Los que tuvimos la oportunidad de ver la intensidad con que la selección de voleibol jugó, la emoción de ver al mexicano Alberto Álvarez estar entre los primeros 10 del salto triple, el buen desempeño de la gimnasta Alexa Moreno, el pundonor del lugar doce en la descomunal carrera de caminata de 50km de Omar Zepeda, el cuarto lugar de Brendi Roque en levantamiento de pesas. Todo eso desde la comodidad de un sillón, no nos queda más que ponerse de pie y aplaudirles por los nervios y sensaciones que sus competencias nos generaron, y hacer un enorme reconocimiento de estar entre los mejores y en circunstancias más adversas lograron lo que lograron.
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