Refugio Eudave Ortiz, presidente de Taxistas Revolucionarios, reconoció que son poco frecuentes los operativos para verificar el buen funcionamiento de estos instrumentos, pues sólo son llevados a revisión cuando sufren de algún desperfecto, pero de manera rutinaria, ni la Dirección General de Transporte, ni la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), supervisan su buen funcionamiento; no obstante, descartó que pueda darse un sabotaje masivo de estos aparatos.

Destacó que no es fácil alterar los taxímetros, pues la mayoría de los trabajadores del volante desconoce el manejo mecánico y de programación de estos aparatos, además, corren el riesgo de que se impongan elevadas sanciones al chofer y concesionario que sea sorprendido incurriendo en este tipo de actos, las cuales pueden llegar hasta el retiro de la concesión.

No obstante, Refugio Eudave no descartó que pueda haber uno que otro taxista que sí alteren estos aparatos de medición, los cuales sin embargo, pueden ser detectados con facilidad por parte de los usuarios, ya que en su mayoría son pasajeros frecuentes, por lo cual conocen el cobro por trasladarlos a su lugar de destino, que en su mayoría son centros de trabajo, escuelas o sus viviendas particulares.

“La gente, por costumbre, sabe en cuánto les sale ir de su casa al trabajo o a la escuela, entonces si detectan alteraciones inmediatamente se quejan con la Dirección General de Transporte, la cual revisa los taxímetros (…) además de que puede ocasionar pleitos con los usuarios, y que la gente se resista a pagar”, comentó.

Para finalizar, el presidente de Taxistas Revolucionarios reconoció que en ocasiones se registran casos en los cuales detectan que están fallando los taxímetros, lo cual generalmente se da cuando observan que se cobra menos por las corridas, y en estos casos se manda el aparato a revisión, hay empresas que están autorizadas para realizar la calibración de este tipo de aparatos.