
El alza del precio del gas licuado de petróleo que se consume en la mayoría de los hogares obliga a reducir el volumen de compra a la mitad de los cilindros o buscar unos de menor capacidad, señaló el empresario del sector, Pedro Gutiérrez Romo.
Lamentó que las ventas de este recurso prioritario para las familias se limitan, al grado que las familias recurren a llevar su tanque a las estaciones de suministro para su llenado parcial, en lugar de comprar el tanque de gas tradicional.
“Desafortunadamente la economía va muy mal, está subiendo constantemente, y es un insumo de primera necesidad, estamos incómodos como cualquier empresario, que cada viernes el Gobierno nos dice en cuánto lo vende y en cuánto lo tenemos que dar”, indicó.
Expresó que las familias siguen comprando gas porque es necesario para comer, pero las personas más pobres tienen que consumir menos gas al ajustarse a lo que alcanzan a rellenar en las estaciones.
Señaló que las familias están llenando tanques de 10 kilogramos como una opción para la falta de recursos, cuando se termina su combustible.
Gutiérrez Romo detalló que los incrementos semanales se sitúan en cerca de 10 centavos y los ajustes a la baja son de apenas tres centavos, lo que mantiene una inercia de incrementos en el energético.
Consideró que el control gubernamental del precio del gas es perjudicial para las personas de menos recursos, ya que no se promueve una libre competencia para que las familias compren a las empresas que ofrezcan los precios más bajos.
“No hay estímulos a la demanda, no se genera competencia y esto afecta a la economía, tenemos varios precios de acuerdo a la región, esto es absurdo”, enfatizó.
Consideró que el incremento de los combustibles está presionando a la economía en general, lo que repercute en afectaciones a las finanzas empresariales, y posterior reducción de empleos.