La Noticia:

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, reinsertó al gobierno de Venezuela en una cumbre regional este martes, pero unas palabras suyas sobre ese país provocaron críticas directas de sus pares de Chile y Uruguay… (bbc.com).

Comentario:

Nicolás Maduro debe sentirse extasiado al poder reunirse con sus pares de Sudamérica y ser tratado de maravilla por el anfitrión, Luiz Inácio Lula da Silva. Sin embargo, la emoción o el deseo de ser un anfitrión de lujo llevó a Lula a declarar que las fallas en derechos humanos en Venezuela se debían a una “construcción narrativa”. ¿Cuál fue la reacción de los otros invitados? ¿Qué pasó con Juan Guaidó, el “presidente legítimo”?

Dos presidentes asistentes a la misma cumbre reaccionaron de inmediato. Gabriel Boric, de Chile, expresó: Manifesté respetuosamente que tenía una discrepancia con lo que señaló el presidente Lula el día de ayer, en el sentido de que la situación de derechos humanos en Venezuela era una construcción narrativa», dijo Boric. «No es una construcción narrativa; es una realidad, es seria y he tenido la oportunidad de verla en los ojos y el dolor de cientos de miles de venezolanos que hoy día están en nuestra patria.

El otro fue el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou: Si hay tantos grupos en el mundo que están tratando de mediar para que la democracia sea plena en Venezuela, para que se respeten los derechos humanos, para que no haya presos políticos, lo peor que podemos hacer es tapar el sol con un dedo, dijo en las redes sociales.

Lacalle añadió que no se podía firmar una declaración conjunta si no quedaba claro que hay tareas pendientes en Venezuela. Algo así como: “¿Mi firma junto a la de Maduro? Si no somos iguales”, por usar una expresión popular en México.

El punto es que Maduro está regresando a los escenarios internacionales. Ciertamente aún pesa sobre él una orden de aprehensión emitida por los Estados Unidos, pero asiste a países donde sabe que no lo van a detener. Además, sobre Venezuela existen varias sanciones comerciales promovidas por los americanos. Así que Maduro piensa que puede formar un bloque en Sudamérica, con los varios presidentes de izquierda, para criticar y acabar con las sanciones.

Mientras tanto, quien quedó como “presidente legítimo” luego del fraude en las elecciones del 2019, Juan Guaidó, a pesar de haber sido reconocido por cerca de 50 países, se ha dispersado en el ambiente. En 2006, López Obrador no pudo sostener su “presidencia legítima” y cayó en la falta de atención muy pronto. A Guaidó le está pasando lo mismo. Ya ni miembros de la oposición lo reconocen. Así que Maduro mantendrá la presidencia hasta el 2024, año de las próximas elecciones. ¿Competirá Guaidó o ya se quemó? ¿Entregará Maduro la banda presidencial si pierde o continuará aferrándose al poder?

Sergio Alonso Méndez posee un doctorado en Negocios Internacionales por parte de la Universidad de Texas

salonsomendez@gmail.com