
Nefi Jacob Campos, presidente de la Unión Nacional de Organizaciones Sociales para la Prevención del Suicidio, consideró que el tema de las almas de las personas que se suicidaron debido a enfermedades mentales “es complejo desde una perspectiva teológica y espiritual”. El especialista destacó la idea de que estas almas podrían considerarse “inocentes” y compartió con El Heraldo algunas reflexiones.
• SIN LA CAPACIDAD: Campos destacó que las enfermedades mentales graves pueden alterar la capacidad de una persona para tomar decisiones racionales y voluntarias. Desde una perspectiva teológica, es posible argumentar que estas personas no tuvieron un control completo sobre sus acciones, lo que plantea la pregunta de su culpabilidad en el acto del suicidio.
• SUFRIMIENTO EXTREMO: Aquellos que enfrentan enfermedades mentales graves a menudo experimentan un sufrimiento inmenso. Planteó la posibilidad de que “Dios, en su misericordia, pudiera tener en cuenta este sufrimiento extremo al juzgar sus acciones. Este enfoque invita a considerar la compasión divina hacia aquellos que han soportado un dolor inimaginable”.
• DISCERNIMIENTO DE DIOS: Para los creyentes y según la teología, sólo Dios puede juzgar verdaderamente el estado de un alma. Argumentó que “la infinita sabiduría de Dios le permite comprender las circunstancias únicas de cada individuo”. En este contexto, consideró que Dios podría mostrar misericordia hacia aquellos que sufrieron de enfermedades mentales y, por lo tanto, podrían no ser condenados en la forma en que algunos podrían temer.
• EMPATÍA Y COMPRENSIÓN: Desde una perspectiva espiritual, Nefi Jacob Campos enfatizó la importancia de mostrar empatía y comprensión hacia aquellos que lucharon con enfermedades mentales y se quitaron la vida. En lugar de emitir juicios severos sobre su destino espiritual, es esencial ofrecer apoyo y compasión a aquellos que enfrentan desafíos mentales debilitantes.
Subrayó que estos argumentos no van dirigidos a normalizar o validar el comportamiento suicida, sino a la desestigmatización religiosa de quienes ya no están, así como a la promoción de la atención en salud mental integral.
“Instamos a las personas que padecen estos desafíos mentales y emocionales a que busquen en la atención profesional multidisciplinaria la mejoría de su condición y en la parte religiosa espiritual la fortaleza para seguir luchando…” Nefi Jacob Campos