Senior person begging for food or money.

Preocupa a los comerciantes del Centro el aumento en la mendicidad en esta zona de la ciudad, lo que genera molestias tanto a los dueños como a quienes acuden a realizar sus compras, destacó la presidenta de Acocen, Guadalupe González Madrigal.

Afirmó que a últimas fechas las personas que viven en situación de calle se han convertido en un dolor de cabeza para los dueños de los comercios en el centro, dado que cada día aumentan en número y recientemente es común verlos en los patios de las Jacarandas o en el de Jesús F. Contreras, situación que se dio a raíz de aquellos que se enfrentaron en la Plaza de la Patria donde uno de ellos perdió la vida y de ahí se dieron más rondines policiacos para evitar que la gente se quede en dicho punto, lo que ha orillado que busquen otros lugares en el centro.

Apuntó que esto genera una serie de problemáticas porque hay quienes están en la calle incluso con su bocina para pedir dinero, anunciar u hostigar a la gente, porque lanzan una serie de improperios, o acosan a las mujeres y nunca se van de ahí. “Tienen años en las mejores zonas del centro, se instalan afuera de una tienda o un lado y todo el día los tienes ahí, entonces es un dolor de cabeza para quienes están ahí, para las mujeres que pasan ya que les dicen de cosas y es una situación que no tiene solución, no los puedes quitar porque están pidiendo una ayuda, pero el problema no es que la piden, sino que cómo la piden y todo lo demás que hacen”.

Destacó que hay personas que incluso beben en la calle o consumen ciertas cosas hasta que se habla a la policía para que las muevan, porque si bien aparentemente no hay un delito, sí se genera desorden. “Me atrevería a apostar que, para la mayoría de esa gente, es su forma de vida, no es porque estén en situación de calle, sino una forma engañar o estafar para conseguir su dinero y les va bien porque no lo dejan de hacer”.

Afirmó que, si bien la mendicidad no está tipificada en la ley, sin embargo, llamó a las autoridades estatales y municipales a observar que hay detrás de todo esto porque está problemática en el centro crece y se presta para otros delitos. “No se sabe quiénes pueden ser realmente observadores de la actividad comercial al ver a qué hora abren y cierran, quiénes entran y salen, porque no están en las casas, sino en la zona comercial y ellos saben dónde está el dinero y lo que están buscando”.