
Como cada año, El Heraldo de Aguascalientes fue cordialmente invitado a visitar el altar que se monta en honor a la Virgen de Los Dolores, siendo una tradición de una familia de costumbres y tradiciones muy arraigadas al catolicismo y la religión, pues dicha tradición ha pasado de generación en generación, manteniéndose viva hasta el día de hoy.
Este año correspondió al viernes 31 de marzo, previo al Domingo de Ramos, celebrar la festividad en honor a la Virgen de los Dolores, por lo que dicho altar se montó en el domicilio particular de la familia que habita en la calle Larreategui #208 de la zona Centro de esta ciudad.
Nuevamente, Leandro Eduardo Astrain Bañuelos dio la bienvenida a este medio informativo, ya que él junto a su familia, ha dado continuidad a esta bella tradición, herencia de su abuela, la señora Sara Durán Hernández (q.e.p.d), quien decidió inculcar a las nuevas generaciones el legado de su abuela, la señora Virginia Alonso, tradición que luego continuaron tres de sus hijos: Lorenzo, Benito y Ángela Hernández, esta última, mamá de la señora Sara.
Cabe señalar que el altar a la Virgen de Los Dolores es una tradición que ha permanecido a lo largo de más de cien años, pues la última que continuó con esta tradición fue la señora Sara, nacida en el año 1929 y fallecida en el año 2020.
Comúnmente el altar se abre al público y la familia anfitriona ofrece a los visitantes agua y nieve como símbolo de las lágrimas de la Virgen, así lo destacó Leandro Eduardo, quien además dijo que a lo largo de una semana, aproximadamente, se empieza a montar dicho altar donde el elemento principal son las flores, antigua tradición que proviene de la época colonial, traída desde España. Antes la principal característica era que había una gran cantidad de velas y por eso la festividad también se conocía como “Los incendios de Dolores”, pero luego la tradición fue evolucionando y ya es más floral.
Así mismo, en el altar lucen, además de hermosas flores que desprenden fascinante aroma, la Virgen de bulto que mandó hacer la señora Sara a mediados del siglo pasado, también un cuadro más grande que Eduardo trajo de Valencia en un viaje que hizo a España, así como el cuadro más antiguo de marco dorado que es una imagen del siglo XIX y que desde entonces ha estado en su familia y por la cual se ha mantenido viva la tradición, sin faltar por supuesto la imagen sagrada de Cristo.
De esta manera, en la calle Larreategui se vivió la festividad en honor a la Virgen de Los Dolores, con danzas y la llegada de innumerables visitantes que degustaron nieve y bebieron agua, mientras oraron y dieron gracias a la Madre de Dios por los favores recibidos, otros más agradecidos por los milagros suscitados en su vida.