
Leticia Acuña Medina
Los hacendados quieren quedarse con los templos, hacer negocio con ellos y excluir a los fieles, decidiendo quién entra y quién no, señaló el obispo José María de la Torre Martín, quien también habló sobre la violencia que se vive en diversos ámbitos y recomendó “no acobardarnos, hagamos lo que nos corresponde, no perdamos la esperanza de un mundo de paz, a sabiendas de que la sociedad se debate entre la injusticia y la violencia.
El primer tema, se derivó de una manifestación que hicieron vecinos de la comunidad San José, de Encarnación de Díaz, debido a que no los dejan entrar a la parroquia, porque está dentro de una hacienda.
El Pastor respondió que siendo propiedad privada, él nada puede hacer, aunque existe disponibilidad de los dueños en hacer un camino de paso para que tengan acceso directo al templo, sin necesidad de que entren a la hacienda, pero eso llevará tiempo, porque la herencia es objeto de litigio.
Dijo que problemas similares se viven en Aguascalientes, ejemplificó la hacienda de Peñuelas y de Garabato, cuyos dueños hacen negocio con las capillas y los habitantes de esos lugares no tienen entrada a las capillas, menos todavía cuando hay eventos, lo cual es indebido; es como si en Catedral, se prohibiera el acceso a los fieles que no tengan invitación, cuando las misas y los templos están abiertos al que quiera asistir, sin condición alguna.
Consideró que esta problemática se terminará cuando los hacendados tengan voluntad de poner a disposición las parroquias o capillas y que los domingos, la gente pueda acudir a misa, sin contratiempos.
En cuanto a la inseguridad, refirió que ya nadie se escapa de la delincuencia, ni los maestros, periodistas, sacerdotes, etc., también se ha perdido respeto a las instituciones, y ello contribuye a deteriorar más el tejido social.
“Sabemos que el Gobierno tiene mayor responsabilidad de combatir el crimen, pero todos, en la medida de nuestras posibilidades, debemos cooperar para lograr un mundo de paz”, agregó.
Es importante tomar medidas de prevención; mencionó que en el caso de los sacerdotes, cuando dan asistencia nocturna, se hacen acompañar de alguien más. Lamentó, finalmente, que ya nadie escapa a la violencia.