
Para el especialista en finanzas, Carlos Maza Arévalo, resulta muy peligroso “seguir estirando la liguita”, ya que hay mucha inconformidad ciudadana respecto de los resultados económicos en general y siempre a los más necesitados es a los que les cargan la mano, como la escalada de aumentos en los precios de las gasolinas.
Consideró desequilibrado, por un lado, aumentar el precio de los energéticos, y por el otro, mantener los salarios deprimidos, bajo el añejo argumento de que el aumento a los salarios si detona la inflación, y el aumento a las gasolinas no, cuando todos sabemos que cuando se aumenta el precio de la gasolina y el diesel, propicia aumento de precios.
Aunado a ello, explicó, la credibilidad del gobierno sigue cayendo por casos que no se han esclarecido como Tlatlaya, Ayotzinapa, Nochistlán, Guerrero, Chiapas; además de una serie de hechos en los que policías y elementos castrenses han estado involucrados y que han dañado la moral de los mexicanos.
A lo anterior, dijo, se agregan las mentiras oficiales, como la que se nos dijo que ya no habría incrementos a los precios de los combustibles, cuando ya mañana lunes, entra en vigor un gasolinazo más que afecta a la economía de todos los mexicanos, con la amenaza de que sobrevendrán más aumentos a los combustibles.
Cuando un gobierno no mantiene su palabra, genera desconfianza, y la confianza en materia económica es un activo fundamental para que las empresas vengan y se instalen, generen empleos y riqueza. Cuando la confianza se pierde, no hay incentivos más poderosos que este valor, de ahí que luego el Banco de México tenga que subastar dólares para estabilizar el tipo de cambio, o bien, aumente tasas de interés para compensar, entre otros aspectos, el efecto inflacionario.
“Hay un disgusto social generalizado, se puede sentir de forma fácil porque la gente ya no cree en el gobierno, porque se siente agraviada, porque el salario no le alcanza, los precios suben, pero sus ingresos se estancan y su capacidad de compra retrocede”.
Los consumidores se dan cuenta, más allá del discurso oficial que busca engañar a la gente, que su salario cada vez les alcanza para menos despensa.
Ya no está siendo suficiente el que las presentaciones de productos básicos contengan menos producto al “mismo” precio de siempre, y eso genera un desacuerdo con la política económica y con la clase gobernante, destacó el especialista.
Muchos se sienten burlados cuando primero se presume que ya no habrá incrementos a la gasolina y sin mayor explicación, los aumentan; en este tipo de situaciones, los mexicanos somos muy susceptibles y hace que perdamos la poca fe en el futuro del país.
Finalmente dijo que lo que los mexicanos necesitamos con extrema urgencia es, mejores condiciones de subsistencia, necesitan creer en su gobierno y que la moral se eleve, porque ante los graves problemas que enfrentamos los mexicanos y con la moral abajo, superar los restos se vuelve tarea imposible, dijo.