Estimados lectores, nos encontramos ante otra ola de violencia, esta vez en Oriente Próximo, donde el pasado 7 de octubre la organización política y paramilitar palestina Hamás atacó a Israel. Al día siguiente, este último país le declaró formalmente la guerra al grupo islamista, una guerra que representa la reanudación de las hostilidades a las que nos tiene acostumbrados esa parte del mundo.

El origen del conflicto entre Israel y Palestina tiene muchas décadas o, incluso, siglos de historia. No obstante, como antecedente del mismo es considerado el movimiento sionista; como detonador: la creación del Estado de Israel en la histórica región de Palestina.

El sionismo surgió a finales del siglo XIX para promover y defender la fundación de un Estado para el pueblo judío en territorio del antiguo Israel. Esto trajo como consecuencia desplazamientos de hebreos hacia la «Tierra Prometida», los cuales se intensificaron en la década de 1930, durante el desarrollo del antisemitismo en Europa, especialmente en la Alemania nazi.

Después de la Segunda Guerra Mundial y como resultado del Holocausto, en 1947 las Naciones Unidas emitieron una resolución que dividía el territorio por el que hoy pelean el pueblo palestino e israelí en dos partes, una para cada uno.

De esta forma, en mayo de 1948 se celebró la independencia del Estado de Israel, a la cual le sucedió una guerra entre árabes y judíos. Tras el conflicto, estos últimos se apoderaron del 77% del territorio que antes le pertenecía a Palestina, quedando el resto bajo protección de Egipto y Jordania.

A la guerra de 1948-1949 le siguieron una serie de enfrentamientos armados entre ambas partes; destacan las guerras árabe-israelíes de 1956, 1967 y 1973 como principales conflictos dentro de una larga historia bélica.

En 1987 se fundó la organización islamista denominada Hamás con el propósito de liberar a Palestina. En 2007, esta tomó control de la Franja de Gaza, que junto a Cisjordania forman el poco reconocido internacionalmente Estado de Palestina. A partir de su llegada al poder, Hamás ha buscado por todos los medios derrotar a Israel para, a continuación, ocupar la región que antes de 1948 pertenecía a musulmanes y árabes.

Es así como el pasado 7 de octubre, miembros de este grupo islamista lanzaron proyectiles sobre Israel y consiguieron penetrar en el territorio de sus enemigos. Israel reaccionó de inmediato, declarando en pocas horas el estado de guerra. Para estos instantes, los medios de comunicación de todo el mundo hablan de más de 2200 muertos en ambos lados.