Los carniceros están entre la disyuntiva de bajar el precio de la carne al consumidor, o mantener precios altos que finalmente les orillen al cierre de su negocio, frente a la desigual competencia que representan las tiendas de supermercado, advirtió el dirigente de la Unión Ganadera Regional Hidrocálida (UGRH), José de Jesús Guzmán de Alba.
El deterioro del poder adquisitivo de los consumidores habituales de las carnicerías de barrio y las dificultades del sector cárnico que mantienen altos precios en el producto, son los principales obstáculos para que haya un estancamiento en la comercialización, enfatizó.
Por esta razón se ha buscado de manera insistente que los propietarios de carnicerías bajen los precios a sus consumidores finales, con objeto de incentivar un mercado en disminución, como un sacrificio que revierta estos efectos, señaló.
Refirió que el precio de carne en pie y canal sigue a la baja, pero los pequeños comercializadores no transfieren esta reducción, bajo la justificación de que los costos de operación no lo permiten.
Planteó que bajo esta expectativa, la sobrevivencia de los tablajeros está en riesgo porque en la actualidad las tiendas de supermercado comenzaron a lanzar ofertas que resultan sumamente atractivas, y podrían atraer a los clientes tradicionales de las carnicerías, por el ahorro que obtendrían en sus ingresos.
“Si una persona se encuentra un kilo de molida a 90 pesos en un supermercado, cuando está en 140 en las carnicerías, eso es algo que tal vez no han visualizado, tal vez sí se dan cuenta, pero están enfocados en obtener ingresos fijos, dejando de lado que una tienda de supermercado termine por desplazarlos”.
Guzmán de Alba consideró que el principal mercado de la carne sigue estando en los hogares populares, pero deben generarse las condiciones para que la gente pueda destinar más de sus ingresos a la ingesta de carne, con facilidades que redundarán en mayores ingresos a futuro.