
Noé García
Esta semana, la agenda mediática y política ha sido abrumada por los nuevos libros de texto que serán distribuidos para la educación básica en el país y antes de entrar a un primer análisis, quisiera que contempláramos tres consideraciones.
Primero, los libros de texto son tradicionalmente el hilo conductor que apoya al docente en la articulación de la enseñanza, aprendizaje y evaluación. Ahí radica la importancia de esta herramienta educativa que proporcionan las autoridades.
Segundo, en la nueva escuela mexicana, se pretende dar al libro de texto un enfoque distinto, pues se espera que pase a ser una herramienta de apoyo para reforzar ciertas situaciones, principalmente en los proyectos de aprendizaje, y no como el eje articulador.
Tercero, también tenemos que ser conscientes de que los docentes planean y desarrollan las clases, usan las herramientas de acuerdo a un diagnóstico, así como el contexto del grupo y la comunidad educativa, para finalmente ejecutar las estrategias y mediación del aprendizaje en el desarrollo de la clase. Los maestros tienen un criterio y experiencia desarrollada que es aprovechada por el sistema educativo.
Con las anteriores consideraciones, pasemos a reflexionar sobre las polémicas de los nuevos libros de texto que podemos dividir en dos aspectos.
En primer lugar, existe un fuerte estridentismo, cargado de reduccionismos por algunos contenidos sobre sexualidad, identidad de género y pluralidad de las familias, que para algunos podrán resultar estridentes, pero lo que su servidor ha podido analizar, tratan realidades de una forma adecuada para las edades y los grupos dirigidos. La mayoría de las veces, por desconocimiento, muchos optan por evadir o negar a tratar estos temas, y creo que pueden servir, no sólo para el apoyo de los profesores, sino hasta de los padres de familia que la mayoría de las veces desconocen y están confundidos en temas como éstos, y que de una u otra forma los niños conviven con ellos. Para muestra sólo basta con darse una vuelta por las redes sociales o los programas de mayor audiencia en los medios electrónicos. Y creo que si algo bueno traerá esta polémica es que los padres y madres se interesen en los temas que sus hijos verán en la escuela y puedan informarse, investigar, analizar y así apoyen el proceso de formación de sus hijos.
La forma en la que se ha tratado en medios y redes el anterior tema ha generado que se opaque uno realmente trascendente, el abordaje de los aprendizajes claves como las ciencias, matemáticas e inglés. Donde especialistas de la Sociedad Matemática Mexicana, académicos del CINVESTAV o de la UNAM, han exhibido reducciones de estos temas, errores y omisiones, que podrían tener una afectación generacional de dimensiones incalculables, y que sólo generarán una ampliación en la brecha de desigualdad educativa entre los estudiantes de escuelas públicas y privadas. Las ciencias, inglés y pensamiento matemático, son fundamentales en el desarrollo cognitivo de los niños y niñas, por lo que es importante poner mayor énfasis en esta discusión.
Como nota, del primer tema sólo veo opinólogos interesados acaparando los medios, en el segundo, especialistas y académicos dando argumentos en el aire que causan poco interés a los dictadores de la agenda pública.
Dejar a un lado los reduccionismos en el tema, no podemos llevar todo al “progresismo” vs. “conservadurismo” y que este estridente debate nos ciegue de que en los libros hay cosas muy positivas o errores que hay que corregir.
Para mejorar la reflexión y análisis, dejemos de reenviar tiktoks, mensajes o emitir opiniones simplonas basadas en influencers, alarmistas o militantes ideológicos.
Para finalizar, quiero proponer a las autoridades educativas del Estado lo siguiente:
Que de manera inmediata se generen grupos de análisis conformados por docentes y especialistas, para una revisión de los libros y materiales, principalmente de ciencias, matemáticas e inglés, y de ser necesario se destine el recurso necesario para generar un material complementario para alumnos y maestros de los grados y niveles que lo requieran, con ello blindar a Aguascalientes de una baja en los aprendizajes clave y sigamos conservando esa tradición educativa que nos distingue.