
El Obispo Juan Espinoza Jiménez afirmó ayer que en la actualidad hay mucho respeto a las leyes humanas que imponen las sociedades, sin embargo no hacen lo mismo con la Ley de Dios. “Él es el máximo legislador y nos invita a ser mejores seres humanos para conocer la sabiduría y la plenitud; en cambio, los hombres optan por matar con el corazón y la palabra a un hermano cuando lo odian y lo pelean”.
Aseveró que todas las sociedades están reguladas por leyes para mejorar la relación entre los hombres en todas sus dimensiones; pero la Ley Suprema no fue creada por ningún parlamento ni gobernante, por sabias que sean, sino por el mismo Dios. En la actualidad nos imponen leyes que van en contra de la ley divina.
Durante la homilía, el Prelado aseveró que las leyes de los hombres son modas y cambiantes, de acuerdo con los intereses de las personas, quienes juran en falso, cometen adulterio e incurren en la lujuria, en lugar de trabajar en sí mismos para desarrollar una conciencia sutil, delicada y una vida moral transparente.
Es importante que la sociedad conozca que la Ley de Dios tiene 6 características que la hacen única, pero la gente suele olvidar su existencia:
1. Sabia
2. Eterna
3. Universal
4. Paradójica
5. Oculta a la simple mirada humana
6. Perfecta
Señaló que la ley divina es sabia pues nos permite distinguir entre el bien y el mal, lo que conviene y no a tu vida. En segundo lugar, es Eterna, mientras que las leyes de los hombres son modas o caprichos. También es Universal, aplicable a todos los seres humanos, más allá de su raza, lengua y credo político.
En un cuarto momento, la ley de Dios es paradójica, contradictoria, porque parece que al cumplirla perdemos en la vida humana, pero en realidad descubrimos después que salimos ganando. La quinta característica es que se le ve como oculta o escondida, es el amor de Dios por ti. Y la última se refiere a que es Perfecta, porque conduce a la paz, a la libertad, a la sanación, a la plenitud.