Carlos Reyes Sahagún
Cronista del municipio de Aguascalientes

Sea esta una invitación para que se apersone usted el próximo viernes 26 de mayo en el Teatro de Aguascalientes, para escuchar a la soprano lírica Laura María Romo Contreras, quien cantará arias de óperas de Giacomo Puccini, acompañada por la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, con quien conversé hace unos días.

Laura vive en Francia desde hace varios años, pero estudió canto en Italia, y esto último se le nota, ya desde que me dice su nombre lo hace cantando…

Nada más por aclararme el asunto aquí, delante de usted, diré que según la entrada correspondiente del diccionario enciclopédico de música de Alison Latham, la soprano lírica es la voz de soprano “más común de todas, con todo más cálido y un rango ligeramente más bajo (como Pamina en Die Zauberflote y Doña Elvira en Don Giovanni).” Por su parte la página de Internet “el camino de la música” señala que se trata de “una voz ágil, como la de la soprano ligera, pero más potente y más rica en el registro medio y grave.

Esta característica de mayor cuerpo en la voz, la hace óptima para papeles en los que haya que manifestar más sentimiento, más pasión, más realismo, en una palabra; cosa que cuesta más de percibir en el caso de una soprano ligera, entre tanta coloratura y trinos. La tesitura de una soprano lírica va, normalmente, del Do 3 al Do 5, aunque haya algunas que alcancen el Si 3 por debajo y el Re 5 por arriba”.

Estas explicaciones me llevan al hecho maravilloso, en rigor evidente, de la enorme diversidad de voces, tantas como personas haya, una situación que obedece a un montón de factores: anatomía, herencia, complexión de las cavidades correspondientes, boca, laringe, cuerdas vocales… Entonces Laura me explica que cada quien debe cantar de acuerdo a su tesitura, que según el Diccionario de la Real Academia Española, es la “altura propia de cada voz y de cada instrumento”, y agrega que no podría cantar, por ejemplo, La reina de la noche, de La flauta mágica de Mozart, porque dadas sus exigencias, sus inflexiones, fue escrita para otra categoría: la soprano dramática de coloratura, que tiene sobreagudos. “En cambio puedo cantar los roles de Liu, Mimi, Desdémona, porque se adaptan más a mi voz. Se adapta a líneas de canto más largas con un volumen más fuerte”.

En fin. Ya en otras ocasiones he puesto de manifiesto aquí mi interés por aquellos artistas aguascalentenses que logran trascender los límites, reales y ficticios, y salen del país, ya sea para estudiar y/o trabajar, y que incluso se quedan a laborar en el extranjero. Me llama la atención; me interesa, porque considero que los niveles de exigencia -y de excelencia- son superiores a los que tenemos aquí, y entonces estas personas han sido capaces de estar a la altura de las circunstancias. O tal vez sea también porque soy de los que luego de no ver el Cerro del Muerto un par de semanas, se sienten desorientados, como girasoles en día nublado; más o menos así.

Me interesa también porque estos casos constituyen una prueba de que el talento florece entre nosotros y de que no sólo los deportistas pueden triunfar en el extranjero. Ahora me refiero a esta joven, que canta desde pequeña, y que recibió en casa, por parte de su madre, el impulso de arranque para sumarse a un coro de niños.

También muy joven, prácticamente adolescente -15 años-, cantó en un par de grupos de rock, Crion y Tetriconia. Una palabra sobre este último, una formación surgida en esta ciudad en 1999, que la página de Internet “last.fm” define como metal gótico. En YouTube puede usted encontrar algunos materiales de este grupo. En particular me gustó la pieza “Alone in Time”, la melodía, la instrumentación, la interpretación, pese a que la grabación no le hace justicia a la música, en verdad muy buena. Por desgracia la voz de Laura tampoco se aprecia a plenitud en el video.

De entrada, la cantante estudió en la UAA la licenciatura en Diseño de Modas e Indumentaria Textil. En el terreno de la música, inició con estudios de flauta transversa, solfeo y canto. “De hecho, empecé a cantar porque en las clases de solfeo estaba la subdirectora del coro de la ópera y me escuchó cantar y me invitó al coro de la ópera”. En esta agrupación llegó a cantar algunos solos, e incluso lo hizo con la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, en el Festival Internacional Cervantino, con la ópera de Franz Liszt “Don Sanche, ou Le Château de l’Amour”. Para esta ocasión “hicieron una audición para un pequeño papel para el coro y lo gané. Esa vez vinieron cantantes de Bélgica y había un pedacito, y estaba Lourdes Ambriz que hacía un pequeño papel. Primero lo cantamos aquí, en el teatro de Aguascalientes y luego en el Cervantino, en la Catedral”.

Laura estudió la licenciatura en canto lírico, en el conservatorio de Cuneo en el Piamonte, norte de Italia, justo ahí donde la península se une al continente, aparte de una especialidad en esta misma tesitura en la Academia de la Voz del Piamonte, Torino, la Ciudad de la Sábana Santa. Pensándolo bien, de seguro Italia está plagada de escuelas de canto, a fin de dar cauce a la enorme pasión que los italianos sienten por la ópera…

Todavía tengo cosas que contarle sobre Laura Romo Contreras, cosa que haré en la próxima entrega. Por lo pronto no olvide: la cita es el próximo viernes, a las 8:30 horas. (Felicitaciones, ampliaciones para esta columna, sugerencias y hasta quejas, diríjalas a carlos.cronista.aguascalientes@gmail.com).