
El pasado fin de semana, tuvieron presencia una serie de manifestaciones alrededor de la República Mexicana, para protestar contra la reforma del “Plan B”, iniciativa del presidente López Obrador. No es la primera vez que se realizan manifestaciones para proteger al Instituto Nacional Electoral, ya que esta reforma Plan B limita al INE en lo concerniente a su personal, recurso monetario destinado al Instituto y otras acciones que cambian la naturaleza del INE como lo hemos conocido. Creo que la magia del INE como originalmente lo conocimos, consiste en un órgano autónomo destinado a velar por las cuestiones democráticas y distintos hechos trascendentales de este ámbito que suceden en el país, quizás la cuestión prioritaria son las propias elecciones que se llevan a cabo año con año. Prescindir de un órgano como éste, vulnera la forma de Gobierno que tiene México, su propia democracia.
Es por ello que la estructuración que se plantea hacer, provoca desajustes que lamentablemente provocan un mayor control para el Poder Ejecutivo. Contrario a lo que el presidente ha expresado sobre la gente que participa en las marchas a favor del INE y la creencia de que son los partidos políticos los que impulsan a la gente a acudir, es un tema preocupante y concerniente para todos los mexicanos y naturalmente causa un sentimiento de incertidumbre sobre las políticas democráticas que se llevarán a cabo. Aunado a que constantemente se presuma México un país libre e invite a practicar el derecho a la expresión pública y manifestación de las ideas, cuando al hacerlo en una marcha, se juzga por ello.
Sin embargo, la reforma sí fue aprobada el pasado 22 de febrero por el Senado y pasará a ser publicada en el Diario Oficial de la Federación próximamente.
Habrá que esperar para conocer los efectos que se producirán en el INE, esperando que éstos no sean radicales y se logre una afectación a largo plazo.