José Luis Quintanar Stephano

Hace algunos días celebramos el cumpleaños número 77 de un pariente muy cercano y me llamó la atención la reflexión que hacía sobre el cómo había llegado a esa edad y su relativa calidad de vida. Comentó sobre su largo peregrinar en el ámbito de la salud. Soy hipertenso, tengo cálculos renales, divertículos intestinales, glaucoma y una catarata, uso lentes para la miopía, tengo algo de sobrepeso, me he roto las costillas, la clavícula y la cadera y en mi juventud una parálisis facial… realmente soy un milagro de la medicina moderna. Efectivamente, los avances en la ciencia y la tecnología en los últimos años, han hecho que se incremente significativamente la esperanza de vida, así como la calidad de la misma. En México, la esperanza de vida ha aumentado significativamente. En 1930 las personas vivían en promedio 34 años y en la actualidad el promedio es de 75 años. Entre los factores responsables de este incremento es el factor salud.

La prevención, el diagnóstico, el tratamiento, la tecnología, son clave para incidir en la salud de manera determinante. Conocer la fisiología o la patología permiten proponer formas o mecanismos para la prevención de enfermedades o darle mantenimiento a los sistemas corporales para evitar riesgos o deterioros. La calidad en los diagnósticos son más certeros y específicos utilizando estrategias tecnológicas cada vez menos invasivas como las resonancias, las tomografías, las radiografías, los ultrasonidos, las biópsias, las endoscopías, las genéticas, las parasitoscópicas, las electrocardiográficas, las encefalográficas, las ópticas, las inmunológicas, entre muchasotras más. Sorprende la cantidad de factores que se pueden medir para apoyar un diagnóstico, en unos cuantos mililitros de sangre, de orina o de saliva o en un pequeño fragmento de tejido. La diversidad de tratamientos es tan grande que incluye métodos farmacológicos, de radiación, quirúrgicos, alimentarios, de transplante, de vacunas, de rehabilitación, de terapia génica, por mencionar algunos.

La fluidéz en el intercambio tanto de conocimientos como de tecnología, han acelerado de manera vertiginosa la innovación en cuanto a instrumentos enfocados a la resolución de problemas vinculados a la salud. Las telecomunicaciones que acercan a diferentes sectores a través de congresos, simposia, foros, encuentros, o el realizar una cirugía a distancia empleando un robot o inteligencia artificial. Imaginemos por ejemplo, una pobre comunicación científica/tecnológica durante la pandemia causada por el COVID-19, el intercambio de informaciónpara la elaboración de una vacuna efectiva… aún la estaríamos esperando y posiblemente muchos de nosotros no lo estaríamos contando.

Quizá estando tan adentro de esta dinámica desbordada con tanta información, nos abruma y no alcanzamos a valorar en su justa medida, el punto en que nos encontramos en cuanto a la extraordinaria oportunidad de contar con la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de nuestra salud.

Mucho de lo que se puede hacer por nuestra salud, depende de nosotros mismos. Un buen amigo comentó: llegar a viejo ya es una cuestión de sabiduría, pues contamos con muchos de los conocimientos necesarios para alargar nuestra esperanza de vida y llevarla lo mejor posible.