En un fallo histórico, un exsecretario de Seguridad Pública Federal ha sido condenado por la justicia de los Estados Unidos de Norteamérica en la que se imputan cargos de corrupción y vínculos con el narcotráfico. Se trata de Genaro García Luna, quien durante el sexenio de Felipe Calderón fue el encargado de dirigir la seguridad nacional y enarbolar junto con el expresidente la famosa “guerra contra el narcotráfico”.

El fallo cobra suma relevanciaya que en primera instancia, se realiza en una nación extranjera y no en los Estados Unidos Mexicanos; siendo que, además, se genera en el momento más importante de la alianza “opositora” que define candidatos y se medirá al oficialismo presidencial en las elecciones de los próximos meses.

Desde mi particular punto de vista, las consecuencias de un fallo de esta naturaleza se deberán de analizar a corto y mediano plazo, siendo que, resulta preocupante cómo el entonces máximo líder de la seguridad mexicana ha sido condenado por realizar y/o consentir operaciones con narcotraficantes.

Comenzando con las consecuencias inmediatas; el Partido MORENA ha sido el primero en intentar utilizar este hecho para robustecer su retórica de que anteriormente existía una gran corrupción y colusión de servidores públicos en los gobiernos “neo-liberales”. Lo anterior, representa un aliciente para la campaña del obradorismo, en el que la falta de resultados gubernamentales y las deficientes políticas públicas se escudan diariamente con las comparaciones del pasado o el achaque a la corrupción de sexenios anteriores.

De manera decepcionante, me resulta increíble que nadie en la oposición se ha atrevido a levantar la voz contundentemente, ni mucho menos se ha dignado persona alguna a emitir algún comentario o a por lo menos exigir una investigación más exhaustiva en territorio nacional. Con lo anterior, pareciera confirmarse que el narcotráfico se volvió parte de una cotidianeidad y no nos genera la más mínima indignación a los mexicanos.

Considero que la propia oposición tiene que salir a rescatar a este país; ya que pocas veces se reflexiona en la opinión pública el daño que realiza todos los días el Gobierno Federal a las instituciones mexicanas, para que ahora con este tipo de situaciones evidenciadas por un gobierno extranjero y sobre la seguridad de nuestro país, se multipliquen esos daños y se laceren aun más los pilares del Estado mexicano.

La oposición deberá condenar lo que tenga que condenar y comprender que será la única manera en la que podrá recuperar algo de la confianza ciudadana para tener por lo menos una mínima esperanza de conservar esos dos gobiernos estatales que representan los últimos ladrillos de la barda opositora.

El proceso que ha llevado el exsecretario García Luna ha arrojado información que paralelamente comienza a abrir una serie de puertas con destinos inciertos y preocupantes en las que seguro podrá la justicia seguir indagando sobre relaciones políticas y empresariales con los cárteles más poderosos del mundo, por parte de los más altos niveles tanto de los Estados Unidos Mexicanos como del propio país vecino.

Habrá que estar muy pendiente de las consecuencias y efectos colaterales que se generen en los próximos meses tras las fuertes confesiones que fueron ventiladas dentro del proceso. Por mi parte, dejo el tema sobre el tintero y prometo seguir comentándolo; agradezco el favor de su lectura y les deseo un muy feliz fin de semana.

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