Noé García Gómez

El próximo martes se desarrollará la votación para elegir presidente los Estados Unidos, donde Hillary Clinton y el personaje más odiado de México Donald Trump, todo parece indicar que se alzará con la victoria la ex senadora de Nueva York; pero aun con ella en la presidencia creo que la campaña se salió del control que puede tener consecuencias graves.

En el 2018 en México serán las elecciones para presidente de la República e imaginemos el siguiente escenario: existen tres candidatos con altas posibilidades de alcanzar el triunfo (adopte el papel de que su candidato es el candidato A) y comenzamos a ver una campaña mediática en noticieros y líderes de opinión de los EUA, donde apoyan al candidato C y despotrican contra el candidato A; el candidato A al ver esto pide a los órganos electorales que hagan algo, exhorta al presidente que con las herramientas de la diplomacia pida a aquel país respeto al proceso electoral propio, las autoridades responden que no pueden hacer nada.

Conforme avanza la campaña, vemos cómo algunos actores como Leonardo DiCaprio, Julia Robert y músicos del país del norte como Lady Gaga y Bruno Mars comienzan a opinar sobre la elección en México y principalmente en contra del candidato A; ahí no para, surgen spots de otros artistas, uno, imaginemos que Tony Bennett adapta una de sus canciones y la interpreta en apoyo al candidato C; además políticos, tanto republicanos, como demócratas salen en apoyo del candidato C y en contra del candidato A; como cereza del pastel en las embajadas norteamericanas se fragua una silenciosa operación para el acarreo de votantes a favor del candidato C.

Todo parece indicar que el candidato C se consolidará como el ganador, pero el candidato A y sus seguidores se sienten frustrados.

La elección que tendría que corresponder a los mexicanos, claramente se manchó por la incidencia directa de actores de todo tipo de otro país. ¿Cómo nos sentiríamos? ¿Qué implicaciones políticas, sociales y legales tendría?

El anterior relato está muy alejado de que ocurra, este país lo realizó en la actual campaña estadounidense, la opinión pública, clase política, periodistas y artistas se subieron al tren del meme (meme es un término sociológico para describir cuando una idea se comienza a replicar, imitar, hasta mimetizar, como un virus lo haría en una epidemia) todos con argumentando preocupación opinaban, impulsaban y hacían campaña a favor de Hillary o en contra de Trump, nuestros artistas subían videos, realizaban canciones y como cascada los de menor popularidad los imitaban, bueno hasta ha trascendido que las embajadas están sirviendo de centros de operación para registro de votantes de origen mexicano en apoyo de la demócrata, que la Secretaría de Relaciones Exteriores no ha desmentido.

La realidad es que si gana Hillary, ni México ni los paisanos en aquel país tendrá algún benéfico substancial, más que no aprieten mas la soga que tienen en el cuello, soga que por cierto fue puesta y apretada por su esposo Bill Clinton con su reforma migratoria. En cambio sí perdimos calidad moral y política para pedir no intervención y respeto de aquel país a nuestros procesos electorales.

Ahí está el peligro, que ante la embriaguez de la campaña todavía no alcanzamos a ver.

 

Concretito

Regidores independientes: pues la Sala Regional del TEPJF resolvió que se le tienen que asignar regidores de representación proporcional a los candidatos independientes que obtuvieran el margen para el reparto. En el caso de la capital más de 34mil ciudadanos votaron por esta opción, surgen cuestionamientos del origen e intereses que persiguen estos candidatos, pero independientemente de simpatizar o no con ellos como políticos o personas, se hará justicia representativa para aquellos que manifestaron su voto por esa opción. De lo contrario se contaría con el cabildo mas sobre y sub-representado como los de los años 50 del siglo pasado.     

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