
La Noticia:
Para los argentinos es cada vez más difícil comer carne: en apenas cuatro semanas el precio de la carne picada común en el Gran Buenos Aires subió un 35%, convirtiéndose en un lujo para las familias que no pueden hacer frente al frenético aumento en el costo de la vida… (bbc.com).
Comentario:
Hace apenas unos meses los argentinos se dieron un gusto al celebrar el triunfo de su selección en el mundial de futbol. Ahora 40% de la población vive en la pobreza y, como dice la noticia, es cada vez más difícil comer carne. La inflación acaba de superar los tres dígitos complicando las compras de víveres, no sólo de los pobres, sino incluso de la clase media. ¿Por qué se disparó la inflación en Argentina?
Los mayorcitos de nosotros recordaremos el tiempo en que tuvimos una inflación superior al 100%. Fue durante el sexenio de Miguel de la Madrid a mediados de los años ochenta. Una época en que no se podía posponer la compra de un bien porque al día siguiente sería más caro. En ese sentido, comprendemos a los argentinos, quienes también ya habían vivido algo similar a principio de los años noventa. Entonces cayeron presidentes hasta que en el período de Néstor Kirchner se redujo la pobreza con crecimiento económico. A la fecha, la esposa de Kirchner es la vicepresidenta.
México salió de la hiperinflación con el famoso pacto que impulsó el presidente Salinas de Gortari. Él pudo celebrar que la inflación se redujera a un dígito. Ver en 9% la inflación fue como un capricho, porque inmediatamente después el peso se devaluó al entrar Ernesto Zedillo a la presidencia. Desde entonces la inflación ha estado en márgenes razonables.
Regresando a Argentina, a principios de los 2000, la producción controló la inflación que había sido causada por desempleo y depresión. Hoy día, las causas son varias. La crisis económica argentina se debió a la combinación de la pandemia, la guerra en Ucrania y la desaceleración económica china. La inflación mundial pegó en todas partes, pero en Argentina condujo a un ciclo de alta inflación-altas tasas de interés que hizo perder la confianza a la población.
El presidente buscó hacer un pacto con los comerciantes en diciembre tratando de frenar el alza de miles de productos, pero no pareció haber funcionado. Algunos ciudadanos buscan dolarizarse, pero la moneda extranjera está escasa por causa de una sequía, como si no tuvieran problemas en ese país, que ha reducido las cosechas y por ende las exportaciones. La sequía contribuye a la escasez de alimentos y dispara aún más la inflación.
Las elecciones de este año encontrarán a los argentinos molestos y, lo más seguro, es que la derecha triunfe haciendo a un lado al partido en el gobierno. La derecha, ¿tendrá la fórmula para reducir la inflación? Eso se espera. El triunfo en el mundial no alimenta el cuerpo. Así que Argentina enfrentará a un rival más poderoso que las selecciones europeas: la inflación.
Sergio Alonso Méndez posee un doctorado en Negocios Internacionales por parte de la Universidad de Texas
salonsomendez@gmail.com