
Por J. Jesús López García
Mucho se ha escrito de la traza urbana y su crecimiento de la ciudad aguascalentense con base en los barrios“tradicionales”: el de Triana, San Marcos, Guadalupe, La Salud y La Estación. Al respecto podemos mencionar que un barrio es una expresión urbana, de ciudad, acotada territorialmente por aquellas singularidades, por sus memorias y su modus vivendi de los habitadores de éste. Los asentamientos referidos se constituyeron a lo largo de alguna senda, otros más por la cercanía a algún arroyo, o la constitución topográfica y la bondad del suelo.
En el caso del Barrio de San Marcos, tuvo sus antecedentes en el Pueblo Nuevo de Indios, que con el pasar de los años, los pobladores aprovecharon sus magníficas tierras para el cultivo de regadío, o sea las huertas, y si bien es cierto toda la ciudad contaba con un cinturón verde de éstas, San Marcos poco a poco fue ganando su identidad hasta convertirse en un bastión en las actividades cotidianas de Aguascalientes.
El de Triana, asentamiento primigenio de la inicial Villa, tuvo su nacimiento como el principal en donde “Don Hernán González Berrocal quemó sus naves y de soldado conquistador pasó a ser horticultor, y en el Barrio de Triana formó sus huertas”. Aquí también nacieron personajes que fueron ejemplo a seguir, tal como Don Jesús María Romo Romo, así como toreros reconocidos, baste citar a Alfonso Ramírez Alonso “Calesero”, a decir de Gabriel Villalobos Ramírez.
El de La Salud, también por méritos propios, se alza como uno de los asentamientos principales en la conformación como barrio, teniendo una disposición orgánica en sus calles a causa de las múltiples huertas que allí fructificaron, además de la apertura de su cementerio. Hoy aún prevalece su espíritu.
Por su parte, en el de Guadalupe, seguramente influyó el hecho de que arribaran a la ciudad un sinfín de arrieros que traían sus mercancías para venderlas en el próximo mercado. Éstos arribaban principalmente por el poniente y norte, hospedando sus recuas y ellos mismos en los múltiples mesones existentes en la zona; también este barrio cuenta con los panteones de Los Ángeles y de La Cruz. Los mesones gradualmente se convertirían en vecindades y éstas desaparecerían con el tiempo, algunas convirtiéndose actualmente en estacionamientos. Además de los barrios “importantes”, asimismo existieron aquellos que se instalaron próximos a cuerpos de agua, tales como el del Estanque, Los Caleros o el de Tejas, entre otros.
En el Barrio de Guadalupe aún existe una modalidad de vivienda en calles como Larreategui, Valentín Gómez Farías, la Guadalupe o la calle referida, Juan Diego. Fincas tradicionales que tanto en su fábrica como en su plástica ofrecen una imagen de antaño, con muros de adobe como elementos verticales portantes, fachadas austeras con vanos verticales alineadas al paño de los paramentos, y con un remate de cuña de barro simple que funge como repisón para la protección de pretiles. También resalta el recubrimiento de la pared de adobe, por medio de un muro capuchino de ladrillo con el propósito de prevenir el deterioro del material, que posiblemente se integró posteriormente cuando el aplanado había cedido al paso del tiempo.
Estos ejemplos arquitectónicos tradicionales de adobe, matacán y madera, estuvieron y están “vivos” a pesar de los embates modernos en la construcción. Es probable que el esquema típico contenga inmediatamente traspasando el acceso un zaguán, y al lado un recibidor o una recámara, según el caso; un patio reducido sin corredores y con “cuartos” a lo largo de éste, la cocina y el baño en la parte posterior.
En el frente de las casas se muestran jambas y dinteles elementales, construidos con ladrillo, el cual se aplanó para enmarcar de mejor manera los vanos. En múltiples casos, las viviendas muestran con “rubor” sus elementos constructivos primigenios, lo que tiene como consecuencia un deterioro importante y una menor duración. Afortunadamente aún existen múltiples ejemplos de las fincas reseñadas en los barrios de Aguascalientes, lo que nos permite llevar a cabo reconstrucciones hipotéticas de sus calles, y la manera en cómo se habitaban sus moradas en tiempos remotos.