Por: Amigos Pro Animal

Sin duda, la mayor satisfacción para cualquier organización que dedica sus esfuerzos por hacer un cambio, son las historias que terminan con un final feliz. Historias que al comenzar son tan desgarradoras que sólo te queda tener fe y hacer hasta lo imposible para que ese pequeño no sufra más.
Es por esto que para este fin de año queremos compartir con todos ustedes en esta columna y en la de la próxima semana, tan sólo algunas historias que han revolucionado en los corazones de todos los que conforman Amigos Pro Animal.
Comenzaremos con uno de los casos más impactantes que atendimos este año, el de Lea, una perrita temerosa que sufrió por días o quizás semanas antes de que llegáramos a su rescate.

A través de un reporte conocimos del caso de Lea, una perrita abandonada en un terreno, al parecer ciega y lastimada en extremo.
Al llegar e ingresar al terreno baldío, después de algunos minutos de búsqueda, encontramos una perrita aterrorizada, agresiva y desconfiada. Lo que vimos era realmente increíble, su cara quemada prácticamente en su totalidad.
Tras varios intentos y mucha paciencia para ganarnos su confianza, pudimos asegurarla para llevarla de urgencia a recibir atención veterinaria.
El diagnóstico indicó que sufrió graves quemaduras, al parecer por aceite o ácido, lo que ocasionó que toda el área de alrededor de sus ojos quedará dañada.
En cuanto publicamos su caso, una mujer de gran corazón se ofreció a ser su hogar temporal, mismo que con el paso de algunos días decidió adoptarla para darle un hogar amoroso y sus heridas sanaron por completo, dejando en el olvido cualquier señal del maltrato que sufrió.

Nuestra segunda historia es sobre Chino, él fue reportado en más de una ocasión a través de distintos medios, sin embargo al momento de ir a buscarlo no se podía localizar. Después de varios intentos, una activista de APA pudo dar con él; algunos vecinos lo espantaban de su propiedad con palos y escobas. Al rescatarlo se encontró un perro tremendamente lastimado, al parecer peleado, con lesiones graves en una de sus orejas, lo que provocó que tuviera que ser amputada. Hoy, Chino no guarda ningún rencor al humano, y convive feliz con una familia amorosa que lo cuida y quiere. Es sumamente dócil y agradecido.

¡Gracias por ayudarnos a lograr estas historias con final feliz en 2016! Para mayor información por favor comunícate al 1 74 64 17 o escríbenos a amigosproanimalac@gmail.com y síguenos en Facebook como Amigos Pro Animal.