Saúl Alejandro Flores

Estimados lectores, a través de diversos medios nos enteramos de la decisión por parte del Ayuntamiento de Aguascalientes de que los servicios de agua, a partir de la fecha en que concluya la vigencia del título de concesión, no serán renovados a favor de la empresa que lleva por nombre Veolia. En su lugar, estos pasarán a ser parte de la estructura administrativa municipal, a través de un ente que se clasifica como «sector paramunicipal», que pueden ser, como lo he mencionado en otras ocasiones, un desconcentrado o un descentralizado. En este último caso, vale la pena hacer mención de que, al hablar de descentralizados, no es exclusivamente una sola figura; en el ámbito del descentralizado caben a) los mismos OPD’s, b) la empresa pública y c) los fideicomisos, según lo consideran todos los autores de derecho administrativo, con algunas variantes, pero todos coinciden en ello. Así que una empresa pública mixta sigue siendo un descentralizado. El año pasado, en este espacio desglosé esta categoría.

Hace aproximadamente tres semanas, en un programa radiofónico, participó en un panel la regidora Citlalli Rodríguez. Al concluir la discusión, mencionó que los ciudadanos no tienen por qué preocuparse pues los regidores tomarán la mejor decisión. Ante ello, en lo personal, a mí como usuario sí me preocupa y bastante. Aquí lo he mencionado: desde que me inicié en el sector agua hace más de dos décadas, me esmero en pensar como usuario, además de funcionario estatal o directivo de un descentralizado del sector servicios de agua. Me preocupo porque lo que se ofrece es una historia que ya he visto una y otra vez; siempre se repite y las consecuencias son las mismas, porque se repiten las mismas acciones. Debo aclarar que la regidora que mencioné ha sido sensata en otro aspecto al externar su preocupación, y que consiste en el rubro financiero. En efecto, ¿de dónde va a salir el dinero? Así que no entiendo a la regidora, que dice que no debemos preocuparnos, pero lo que dice es para verdaderamente preocuparse, además de que los regidores han mostrado dotes circenses y menos sensatez en sus participaciones.

Amables lectores, si las autoridades creen que con lo que se recaude por el cobro de tarifas será suficiente, estarán perdidos. Al dar lectura al documento aprobado en sesión extraordinaria el 17 de abril de este año por el Ayuntamiento, y que es el Reglamento que crea el Organismo Público Descentralizado «Modelo Integral de Aguas de Aguascalientes» (MIAA), es notorio que este documento tiene varias carencias. Es un organismo tuerto, sordo de un oído, con parálisis facial que solo permite mover la boca de un solo lado, le falta un brazo y la pierna del otro. Perdón, amables lectores, por esa comparación, pero con ello les digo que a este organismo le falla la visión (por ser tuerto), adolece de comunicación organizacional que permita que funcione, por eso dije que no le sirve un oído y la boca la mueve parcialmente, solo tiene un brazo, el otro es inexistente, así que la ejecución será limitada y al faltarle una pierna su avance será limitado y torcido. Es un organismo anticuado con desfase de décadas; no porque tenga software de última generación eso lo salvará, la modernización no solo son software, y finalmente, si le sumamos el cerebro a este organismo nuevo, será un organismo condicionado y manipulable por mucha sociedad civil organizada que forme parte de su consejo ciudadanizado.

En próximas semanas describiré esas omisiones, pero partiré solo con un comentario por ahora, el cual desglosaré en próximas semanas. Porque pensar que con recaudación y cobro de tarifas ya será eficiente, están equivocados. Eso déjenlo a los diez municipios del interior, que como primera etapa deben arrancar con ello, pero no con un servicio público que estuvo a cargo de una empresa de nivel mundial. Se adolece de una visión sistémica financiera. Ya sé que habrá quien me replique, pero como lo dije hace unas semanas, estas empresas internacionales son altamente eficientes cuando trabajan en conjunto con gobiernos robustos, condición lejana en México y Aguascalientes. Nuestros gobiernos no son robustos, ni nuestras instituciones; lo que existe son feudos y grupos fuertes, tampoco son robustos, son grupos de poder que se alternan en procesos electorales los controles, pero hasta ahí.

También he señalado que la prestación de un servicio de agua no es como encender la bomba y que se llene el tinaco para tener agua. El macroproceso es complejo y enorme, y las curvas de aprendizaje no son de un año. Es necesario despojar esa famélica visión. La prestación del servicio público de agua y saneamiento requiere años de experiencia y equipos de trabajo experimentados y multidisciplinarios. También es importante desmitificar que, por mucho que llegue un director general del organismo con gran experiencia, esto funcionará. De hecho, un director general serio y con principios éticos no se haría cargo de un organismo como el que plantean, ni profesionistas serios con experiencia real a menos que estén «urgidos de chamba». Aquí es donde juega un papel importante el concepto del «know-how»; se necesita un mapeo e historial. Permítanme la analogía: llega un paciente que debe ser intervenido y el mejor especialista lo recibe y de inmediato le mete el bisturí; el resultado será fatal. Un médico serio revisa el historial y una serie de factores que debe considerar. En la prestación de los servicios de agua sucede algo similar. El modelo que se propone, pero más las formas que han orillado a este modelo, provocarán que el paciente empeore. Nos vemos la próxima semana. No olviden, amables lectores, la importancia de emprender políticas y acciones que permitan que en México y Aguascalientes el agua nos alcance.

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