RODRIGO AVALOS ARIZMENDI

Hoy inicio esta columna enviando un cariñoso saludo a mi gran amigo el ex gobernador Felipe González González. Primer gobernador panista de Aguascalientes. Hoy Felipe está delicado de salud, pero con alegría le comento que va mejorando gracias a su fortaleza y animo inquebrantable. Ayer, por ejemplo, a media mañana tuvo su sesión de terapia física y luego un reconfortante baño. Lo he visitado en varias ocasiones y han sido momentos muy bonitos porque hemos platicado de todo. De recuerdos, anécdotas, de cuando fue gobernador y luego estuvo en Gobernación y posteriormente en el senado de la república. Recordamos también de cuando tenía su colaboración editorial semanal en EL HERALDO. Hace algunas semanas me mando hablar con su hijo Pepe Chuy. Me llamó ver porque me quería regalar dos cajas de puros “Romeo y Julieta”, que hace tiempo le habían regalado a él, pero como ya no fuma pues me los regalo a mí.

Felipe tiene un sinfín de anécdotas. Muchas de sus años de comerciante y líder empresarial y otras de su andar en la política. Todas muy interesantes. En días pasados le propuse escribir un libro en donde narrara su vida. Junto a mí estaba su hijo Carlos y él también le animaba a esa odisea. Sería un libro parea deleite de su familia y amigos. La idea quedó en el tintero y solo será cuestión de adaptar horarios para empezar ese trabajo editorial.

Felipe es un hombre muy fuerte y gracias a su fe, tenacidad y disciplina saldrá adelante.

AMLO Y SU GUERRA CONTRA EL INE

Con admiración y con mucha preocupación, los ciudadanos estamos observando la guerra de dimes y diretes que se está escenificando entre el presidente Andrés Manuel López Obrador –siendo él el principal atacante– y Lorenzo Córdova titular del Instituto Nacional Electoral, que acusa al gobierno de querer descuartizar al INE. El presidente respondió que quienes están descuartizando la democracia son precisamente quienes integran al INE porque se roban las urnas, porque cometen cualquier cantidad de irregularidades, olvidándose de que él –López Obrador– llegó a la presidencia gracias a que había un INE que le dio certeza, legalidad y legitimidad a su triunfo.

Este pleito entre López Obrador y el INE ya alcanzó niveles inéditos. El presidente tomó la bandera de atacar a los actuales funcionarios del INE sistemáticamente. Un día sí y otro también López obrador utiliza la tribuna mañanera para golpear al INE y sembrar la duda entre la población nacional de que el actual INE no es de fiar. Para la gente pensante sus dichos y diatribas no son considerados con seriedad. Se sabe que lo hace para desacreditar de manera infame a sus principales directivos y con ello manipular los resultados de la elección del año entrante. Lo curioso es que a pesar de que el INE, como le menciono líneas arriba, le otorgó sin ningún reparo la certeza –y con ello el aval de su triunfo– de la elección en que ganó el Peje en 1998. Pero que increíblementeya en la presidencia hable mal del INE y ponga en duda la legalidad de sus acciones y diga sin ambages que con los actuales funcionarios se dudaría de la legalidad de la elección. López Obrador, como bravero de barrio sigue hablando mal y acusando de fraudes al INE y a su titular, el cual por cierto ya va de salida, pues termina su periodo el 4 de abril de este año, luego de nueve años de ser el consejero presidente del INE. YY el presidente lo ha estado atacando de manera inmisericorde siendo que el INE, como se menciona líneas arriba, avaló su triunfo en el 2018. O sea que lo que pregona sobre el instituto electoral y sus integrantes es algo que nunca hasta hoy ha podido probar. Obviamente es una estrategia de AMLO para desacreditar al INE y ponerles en contra a la población. Sin embargo, Lorenzo Córdova ha defendido a la institución, pero bajándose a niveles que rayan en la diatriba llegando a la imprudencia. Lorenzo Córdova menciono: “Vamos a combatir todas las decisiones que en estas normas ponen en entredicho y prácticamente desmantelan, descuartizan. Hoy sabemos por testimonios que estuvieron presentes que esa es la palabra que utilizó el titular de la política interior cuando fue a cabildear en el senado que los legisladores de su partido votaran a favor de esta reforma. ¡Descuarticen al INE!”. Se dijo. Y lo hicieron.

El lunes pasado el presidente dijo en la mañanera el concepto en el que tiene a Lorenzo Córdova, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral: “Él es un servidor público, desde mi punto de vista, sin principios, sin ideales, un farsante. No es, por cierto, el más malo de todo ese grupo, hay otros peores. Lo lamento mucho, porque conocí a su papá (el académico Arnaldo Córdova), fuimos amigos, compañeros. Hombre excepcional y extraordinario. Pero así suele pasar, ¿no?, a veces con los hijos, con los nietos”. O sea que el presidente sigue golpeando a diestra y siniestra a quien considera un enemigo político y en quién ve pudiera ser un obstáculo para el triunfo electoral del año próximo, no importando haber sido amigo del papá de Córdova Vianello.

Para muchos no es conveniente que Lorenzo Córdova entre a la pelea de dimes y diretes. Él debe mantener la prudencia. No debe de usar los adjetivos y hablar de más. Eso no ayuda al INE ni al ambiente en general. Por su parte el presidente se ha excedido desde que llegó a la presidencia y eso le ha restado autoridad y perjudicado su imagen, así como la confianza que debía emanar al conglomerado mexicano. Ahora bien, López Obrador ya se va, aunque eso es un decir pues está visto que el presidente no soltará el poder. Su estrategia de destapar las “corcholatas” violando claramente la ley electoral, en un acto de total impunidad por estar al margen de la ley, demuestra su voracidad y con desparpajo está jugando al póker ¡mostrando las cartas! Y aunque pareciera que de sus tres corcholatas todas van en carrera parejera, la realidad es que si hay una inclinación muy marcada por Claudia Sheinbaum. Por lo tanto, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López Hernándezestán jugando el papel de comparsas. Ricardo Monreal, apenas recién nombrado “corcholata” por el presidente, se pudiera decir que es el más ortodoxo. Y está jugando dentro de lo que marcan los cánones de la política nacional, pues no ha olvidado sus orígenes priístas y sabe que la disciplina partidista debería de funcionar mejor al momento de la toma de las decisiones. Pero lo que no ha considerado Monreal Ávila es que López Obrador hace muchos años que desecho la política de la lealtad y de la disciplina partidaria, debido a que la política de la diatriba, el chantaje y la amenaza lo colocó de golpe y porrazo en altos cargos, primero como Jefe de Gobierno del D.F. y luego en la presidencia de la república.

El problema que se puede avecinar es que la elección del 2024 puede estar en riesgo si el INE no logra tener la eficacia para que la elección se lleve a cabo de manera normal y ordenada como las elecciones que ha habido en los últimos años. Y esto puede ser debido a que la población puede temer a una elección de estado en la que conlleve el riesgo de hacer de México un país bananero.