
Estimados lectores, continuamos con la serie de reflexiones relativas a la pertinencia de “remunicipalizar” la prestación de los servicios de agua potable y saneamiento en el municipio de Aguascalientes, concluiré con esta entrega la serie de reflexiones en torno a este tema que desde el siglo pasado se encuentra viciado de discusiones resultado de la distorsión que por motivos electorales tampoco permitió el haber transitado a una forma más transparente y eficiente de prestación de los servicios de agua potable y saneamiento. Ahora tampoco ha sido la diferencia, se persiste en ello, en seguir haciendo las cosas de la misma manera y los resultados son predecibles, no por arte de magia o malos deseos, sino que hacer las cosas igual siempre dará los mismos resultados.
Por qué persistir en una modalidad que no da resultados.
La importancia que revisten los servicios públicos no queda en duda, se beneficia a una colectividad en alguna de sus necesidades, sea transporte, mercados, seguridad, vialidad, etc. La finalidad de los servicios es la satisfacción de necesidades colectivas. Todos los servicios públicos tienen alta importancia, pero sin duda los servicios de agua ocupan un peldaño importante e irremplazable, no cabe duda de ello, de ahí la importancia de abordarlo con seriedad, responsabilidad y visión de futuro.
Cada lugar de la República mexicana en el sector agua presenta problemáticas peculiares o algunos casos similares, sin embargo, hay un común denominador generalizado y es la panorámica de los organismos operadores de agua, sean municipales, intermunicipales o estatales, esto como consecuencia de la forma en que está diseñado el esquema de la administración pública o el cómo se ejerce el control por costumbres de corte autoritario y caciquil que son obstáculo para que la función pública tenga los resultados esperados.
¿Si el modelo de prestación de los servicios públicos de agua realizados directamente por la autoridad municipal ha demostrado ser ineficiente y sus resultados son negativos, vale la pena persistir en ello? La respuesta lógica es no, pero nos topamos que es un asunto público y que la propia Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su Artículo 115 fracción III inciso a) determina que la prestación de los servicios públicos de agua y saneamiento es una función y competencia municipal, ¿Entonces, qué debemos hacer? ¿Existirán otras formas de prestar el servicio sin que se contravenga la disposición constitucional ni se vulnere la competencia municipal? ¿Existirán otras formas de prestar el servicio dentro de la esfera municipal?
Claro que sí, algunas ya las conocemos, por ejemplo el caso de la empresa mixta, que por eso tiene el control o la mayor participación la autoridad y la misma concesión, que no significa privatizar, la empresa no se vuelve dueña, no continúen malinterpretando, la empresa es un prestador de un servicio, porque la rectoría la tiene la autoridad municipal, que no la ejerza es otra cosa, tal como he insistido en este espacio y además, por muy gran empresa si ésta presta servicios en países desarrollados que destacan por gobiernos robustos y sólidos, no existe este problema, es porque ya lo dije hace unas semanas, son gobiernos sólidos y no grupos que hacen sus feudos desde la administración pública para ganar y conservar el poder.
¿Cómo prestar los servicios?
Sin embargo, la concesión y la empresa mixta no son las únicas formas posibles de prestar el servicio dentro del ámbito municipal, nos encontramos en un parteaguas, ya mencioné que no vale la pena persistir en una forma que ya está demostrada que no es útil, por mucho que digan asimilar el modelo de la ciudad de León, ya que dentro de ese esquema se viven fisuras por la disputa de poder de los grupos empresariales que conforman el consejo directivo, no hay ciudadanos, ni sector académico, ni social, el modelo fue novedoso y ya cumplió su ciclo por lo tanto, demanda renovación. Debo advertir que ese parteaguas es la amenaza que de forma obtusa por parte del titular del Ejecutivo Federal al amagar y pretender desaparecer los entes autónomos que sería una forma no de volver al pasado, sino de destruir los esfuerzos logrados del pasado, es volver inútil los esfuerzos de quienes se esmeraron en construir, por eso no es volver al pasado, es destruir los legados del pasado, minar el presente y frustrar el futuro. Ser ente autónomo no es evadir las competencias federal, estatal o municipal, es simplemente alejarse de las influencias del poder y cumplir una función social de necesidad, porque aparte un servicio público es para atender una necesidad colectiva, la forma de ejercer la prestación de los servicios públicos en México ignora a los usuarios, por ello, valdría la pena mejor en el caso Aguascalientes construir un modelo transitorio, con el objetivo de lograr una entidad autónoma apoyada en inversores, usuarios y autoridades, con la supervisión de un ente regulador autónomo también. El reto es dejar en claro a quienes ahora ocupan los cargos de autoridad, porque ni a nivel nacional, local o municipal, han entendido lo que es la autonomía, entender no es mencionarla en el discurso, entender es ejercer y renunciar al tráfico de poder, el sector agua necesita que ya no lo asfixien más, ni los intereses de poder, ni las pasiones que se asumen de lucha social. La transitoriedad que he sugerido no debe ser hacia la remunicipalización sino en convertirlo en una entidad autónoma de verdad, una autonomía que aún no existe ni en México ni Aguascalientes. Nos vemos la próxima semana. No olviden la importancia de emprender acciones que permitan que en México y Aguascalientes el agua nos alcance.
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