Silvia Olvera
Agencia Reforma

MONTERREY, NL.-México tiene un grave riesgo energético, en donde la disponibilidad eléctrica es un tema más delicado que el de la producción de gasolina, aseveró Carlos Urzúa, quien fuera el primer Secretario de Hacienda en la actual Administración federal.
El ex funcionario señaló que la gasolina se puede importar, pero no así la complejidad que implica el abasto eléctrico en el País.
«Es muy importante la energía, en particular la electricidad, (pero) es mucho más delicado tener problemas en el caso del sector eléctrico, que en el caso petrolero.
«Porque podemos importar unos barriles de gasolina fácilmente de Estados Unidos, pero ¡órale!, aviéntese a incrementar, cuando llegue el caso, la electricidad en la Península de Yucatán», dijo ayer en Monterrey durante la participación en un panel en el evento «Indústriame».
«Hay riesgos, yo veo un riesgo muy grave en el sector energético, pero en general creo que estamos de nueva cuenta despegando (en la economía), y si nos ponemos las pilas, podemos realmente crecer mucho en los siguientes años».
En el evento que se llevó a cabo en el Club Industrial, Gonzalo Monroy, socio director de la consultora GMEC, refirió que muchas de las empresas que están llegando al País, piden como prerrequisito contar con electricidad accesible.
Sin embargo, criticó las políticas de la CFE.
«Si no hay a una política entre la generación eléctrica, transmisión y también la distribución, que sea congruente entre las tres y que no estén en conflicto como muchas veces ha ocurrido, pues simplemente veremos todos estos cuellos de botella, algunos por desgracia autoprovocados».
Monroy indicó que el País está en una posición privilegiada para aprovechar el gas natural de Texas, la disponibilidad del viento y del Sol, que sólo sería posible con una política congruente.

Deuda de Pemex
Mientras el tema eléctrico preocupa, por la falta de infraestructura, tanto Monroy como Urzúa pusieron en la mesa el tema de la deuda de Pemex.
Ambos coincidieron que hay cada vez más voces que se pronuncian para que la deuda de Pemex pase a formar parte de la deuda soberana del México, esto es, consolidarla en una sola.
«En realidad, en el fondo (la de Pemex) es ya una deuda soberana. ¡Qué diablos tiene que hacer esta división?», exclamó, en relación a que luego al Gobierno le sale más caro estar atendiendo por separado a la de la petrolera.