
Claudia Guerrero y Benito Jiménez Agencia Reforma
CIUDAD DE MÉXICO.- Luego de permanecer en venta durante 52 meses, el avión presidencial dejó ayer territorio mexicano.
Aunque su nuevo hogar será Tayikistán, quien lo compró por 92 millones de dólares, la aeronave viajó primero a Estados Unidos, ahora con la matrícula OMD179.
«Lo van a llevar a Estados Unidos (ayer), donde ellos van a realizar ciertas adecuaciones y posiblemente algunos últimos mantenimientos para posteriormente pintarlo y llevárselo a su país», informó el director de Banobras, Jorge Mendoza.
El Boeing 787-7 despegó a las 16:18 horas desde el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), y llegó a Tucson, Arizona, alrededor de las 17:52 horas; menos de una hora después se trasladó a San Bernardino, California, donde realizarán las modificaciones.
El Gobierno federal no organizó ninguna ceremonia o acto protocolario para despedir al TP-01, calificado como «símbolo de la corrupción».
«Ya se fue el avión presidencial, esta tarde (ayer) se realizó su último despegue del ACIM. Adiós a ese símbolo de corrupción y de derroche; su costo ha sido un insulto para el pueblo de México», tuiteó el vocero presidencial, Jesús Ramírez.
El avión fabricado en 2010, tiene mil 759 horas de vuelo y, para su uso como transporte del Jefe del Estado mexicano, fue equipado, de manera personalizada, de asientos especiales, alcoba, sala de juntas, baños y caminadora, con un costo de casi 80 millones de dólares.