
La limitación de recursos y la insuficiencia de apoyos conllevan a que las jefas de familia enfrenten retos significativos en su esfuerzo por proporcionar una educación de calidad a sus hijos. Es imperativo que las autoridades implementen medidas para mitigar esta presión financiera y garantizar un acceso justo a la educación, subrayó Gwendolyne Negrete Sánchez, presidenta de la Asociación de Mujeres Jefas de Familia.
La defensora señaló que existen inquietudes y desafíos específicos que las madres solteras y jefas de familia deben afrontar durante la temporada de regreso a clases. La problemática se intensifica este año a causa de la adversa situación económica y el incremento en los precios de la canasta básica, lo que convierte la adquisición de útiles escolares en un desafío mayúsculo.
Dado este contexto, Negrete Sánchez indicó que algunas madres están contemplando la posibilidad de empeñar pertenencias o incurrir en deudas con prestamistas no regulados. Por ello, exhortó a las autoridades a regular estas prácticas que afectan desmedidamente a quienes poseen menos recursos, dada la exorbitancia de los intereses.
Resaltó que, para estas mujeres luchadoras, la educación de sus hijos es primordial. Se esfuerzan incansablemente para garantizarles un aprendizaje de excelencia, procurando que estén adecuadamente alimentados y vestidos.
Destacó que el desembolso promedio por hijo para el próximo año escolar, en el caso de las jefas de familia, es sustancial. No obstante, la ausencia de apoyo gubernamental agudiza la problemática. Este año no se ha mencionado la distribución gratuita de uniformes ni la entrega de auxilios para adquirir útiles escolares. Esta incertidumbre acrecienta las preocupaciones de las madres, ya que, ante la falta de asistencia, deberán asumir íntegramente estos costos.
«En promedio, entre tenis, zapatos, uniformes y útiles, el gasto será de unos 2 mil 500 pesos por niño, y esto considerando que, en muchos casos, cada madre tiene al menos 3 hijos».